Se colapsa la atención hospitalaria

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Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA

Victoria, Tamaulipas.- A pesar de los esfuerzos institucionales, el disparo en la demanda de atención hospitalaria ha colapsado el servicio público de salud, en donde no solo los miles de pacientes lo padecen, sino personal médico desde trabajadoras sociales, enfermeras y doctores, quienes por turno diario están atendiendo más de un centenar de pacientes en instituciones como el Hospital Infantil de esta capital.

Recientemente la misma Secretaría de Salud reportó que tan solo de enfermedades respiratorias, han sido más de 900 mil tamaulipecos los que han requerido atención hospitalaria, siendo las víctimas principales los menores de edad:

“Por Dios que no nos damos abasto, humanamente no es posible dar la atención que se merecen quienes acuden al Hospital –Infantil-, por cada turno estamos dando 100 consultas, que van desde problemas respiratorias hasta accidentes graves, estos son los que a veces propician retardo en la atención, la gente se queja, se enoja porque se han dado casos que se tienen que esperar hasta 12 horas en la sala de espera.”

Comparte el médico especialista en pediatría, quien bajo la reserva de su nombre, ya que a su decir tienen estrictamente prohibido que la situación salga a la luz:

“La saturación del servicio ha degenerado un clima de inconformidad, pues si el trabajo se ha triplicado en los últimos meses, nos siguen pagando los mismos seis mil pesos a la quincena y lo que es peor nos han dicho que no pueden contratar a más personal, por lo que un solo doctor tiene que cubrir toda la noche el área de urgencias, que es donde más se ha resentido la situación, en donde la gente se queja más, pero no es culpa de nosotros.”

Igual admiten trabajadoras sociales, enfermeras, en donde la ley del silencio se impone por temor a perder la fuente de trabajo; no sucede lo mismo en la sala de espera que de manera permanente esta congestionada.

“Pobres de los doctores, pero más pobres de nosotros y de nuestros hijos que tienen que aguantarse sus dolores en tanto esperamos que los atiendan, por ejemplo mi hijo amaneció este sábado con un dolor muy fuerte en el estómago, como la situación no está para pagar los 600 pesos que cobra un pediatría particular, nos venimos apenas amaneció con la esperanza de que no hubiera tanta gente, pero ya son las tres de la tarde y todavía estoy esperando los resultados de unos análisis, lo bueno que le dieron una inyección para el dolor, pero como apenas tiene tres años, está bien desesperado.”

La señora Patricia Terán Hernández, habitante de esta capital y madre de familia, es una de las pocas mujeres que se atreven a dar su nombre para hacer de conocimiento público lo que se está viviendo con la atención médica en el Hospital Infantil:

“Muchos no quieren hablar porque temen que no los vayan a atender, pero la verdad es que el doctor que atiende no tiene la culpa, él solo no puede con tantas consultas, ojalá que los directivos salieran de sus oficinas y se dieran una vuelta por Urgencias para que vean lo que no solo ellos viven, sino lo que padecemos quienes no tenemos otra opción para atender a nuestros hijos.”

Lo antes descrito no solo se vive en el día, sino en la noche, a decir de una trabajadora social que se declara no autorizada para dar a conocer información de la situación; la saturación del servicio se vive los fines de semana en que el área de consulta general no funciona, así como en las noches:

“A nosotros nos toca recibir hasta gritos de padres desesperados que vienen al Hospital con la esperanza de recibir buena atención, la cual se les da, pues el doctor pone su mejor esfuerzo, lo malo es que a veces llega gente con un niño con una enfermedad respiratoria o un mal intestinal, y tiene que esperarse hasta 12 horas, sobre todo cuando llega un pequeño accidentado, a ellos se les da prioridad.”

Agrega que ya han planteado al director que cuando menos autoricen que sean dos los doctores los que atienden los turnos nocturnos; pero la negativa esta desde noviembre del año pasado:
“Si no mandaron de perdida otro médico en diciembre, la verdad que ahora menos, lo malo es que la gente la agarra contra nosotros y nosotros poco o nada podemos hacer porque mejore la situación.”

En este contexto, doña Paula Terán Ramírez, madre de familia, considera injusto por partida doble lo que esta sucediendo en la atención hospitalaria:

“En mi caso gracias a Dios mi hijo solo presenta un cuadro inesperado de temperatura, pero en casi todo el día que llevo esperando la consulta, me ha tocado ver casos que duelen a cualquiera, por ejemplo una señora lleva dos días pidiendo, casi suplicando que le hagan estudios más especializados a su hija de siete años, porque según cuenta ayer se convulsionó, vino, la atendieron y la mandaron a sus casa diciéndole que tenía cita abierta por si volvía a suceder, dice apenas amaneció y le sucedió lo mismo y ahí anda la pobre, solo pidiéndole a Dios que le atiendan bien y lo mal que esta la atención le vaya a causar daños mayores a su niña.”

Narra que un caso similar le toco presenciar con otra mujer que se llevo todo el día para que le atendieran a un pequeño de tres años, al que la abuelita se le había caído encima:

“A uno como madre le dolía ver cómo a la muchacha con su niño en brazos no le hacían caso, porque apenas la iban a atender cuando llego un accidentado, así que suspendieron por dos horas las consultas y el niño en un grito, se quejaba de una piernita, que a decir de su mamá podía estar quebrada, porque al caer la abuelita se la había aplastado, yo salí de la consulta y ella se quedo todavía esperando que le hicieran unas radiografías, ojala que los directivos bajaran a ver como está de saturado el hospital, para que buscaran la manera de que más doctores atendieran a tanta gente que como yo, ve en el Infantil la esperanza de que los niños reciban buena atención.”

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