Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *El control: ¿ya lo tomaste?

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Los datos que maneja el doctor Luis Fernando Garza Fraustro, director de prevención y protección a la salud de la Secretaría del ramo en la entidad, son verdaderamente alarmantes: somos un estado con un índice de diabetes que llama la atención, pero más que eso, preocupa, aunque al parecer, no a quienes debiera.
Siempre hemos sido de la idea de que, de nada sirve que la autoridad instrumente programas de prevención y control de la diabetes, que se gasten muchos millones de pesos en campañas, difusión, material de información y demás, si quienes hemos sido diagnosticados no hacemos nada bueno.
O sea, la autoridad le mete dinero bueno al malo, porque somos los ciudadanos los que no entendemos que hay que cubrir ciertos requisitos para vivir adecuadamente. Ya no con holgura, pero sí vivir con dignidad, o sea, sin enfermedades de esas que nos postran en la cama y nos convierten en desechos humanos, y la verdad sea dicha, muchas veces, por culpa de nosotros mismos.
Recientemente, la SST emprendió una ambiciosa cruzada con el programa “Chécate, Toma el control”, mismo que fue concebido hace unos tres años, y que inclusive fue difundido en España, donde tuvimos oportunidad de platicar de sus alcances, sus metas y sus importantes logros.
No estamos de acuerdo en la apreciación del doctor Garza Fraustro en el sentido de que ahora hay el doble de personas con diabetes. En ese sentido, consideramos que el programa que echó a andar el gobernador Eugenio Hernández Flores, con la dirección del entonces secretario de Salud Rodolfo Torre Cantú, y mucha –pero realmente mucha- gente que participó: se “asaltaron” plazas, centros comerciales y cuanto punto de reunión social hubiera en los 43 municipios para, como decía el doctor Torre: “saber, en primera instancia, donde están nuestros diabéticos”.
El razonamiento del virtual candidato del PRI a la gubernatura y prácticamente próximo gobernador en Tamaulipas era que, según INEGI, la OPS y organismos internacionales, Tamaulipas tenía un número determinado de diabéticos, sin embargo las cifras oficiales arrojaban números menores, lo que se traduce en que se afirmaba aquella declaración de que por una persona con diabetes detectada hay una que no lo sabe.
El programa comenzó fuerte, y como resultado creció el número de casos en instituciones de salud que, insistimos, no es que fueran a incrementarse como casos, sino que estaban ahí, abandonados, sin detectar, porque usted y yo a veces –o casi siempre- dejamos los temas de la salud a un lado.
De 17 mil a 38 mil ha sido el incremento en seis años según dice el doctor Fernando Garza; estamos hablando del doble de personas, pero… lo que no funciona es el resultado que esperaban del programa “Chécate, toma el control”, ya que se tiene ahora sí a la gente detectada, se le ofrecen consultas, medicamentos, charlas, orientación… y la gente no se acerca.
No se ha dimensionado el daño que provoca la diabetes en el mundo, y Tamaulipas tiene muchos casos que hay que controlar. No se cura, y de ello estamos conscientes, pero el control no podrá llegar en la medida que no hagamos nuestra parte.
Ya nos sentimos como disco rayado, porque hemos dicho lo anterior una y mil veces, pero el resultado es el mismo: la gente con diabetes no acude a charlas, no va a consulta, no toma medicamentos y encima de todo, culpa a las autoridades de que los casos crecen.
Recordemos que las principales fallas que nos llevan a la diabetes son la obesidad, provocada en gran parte por una pésima alimentación y falta de actividad física, o sea, el sedentarismo es una de las causas también, muy importantes.
Herencia, estrés, tabaquismo… todo se conjuga, pero el caso es que no queremos entender.
Y luego, vienen los casos de gente que llega a atención médica y sale amputada, obviamente, hablando pésimo de los doctores que porque iba por una uña enterrada y le amputaron el pie o la pierna. Así se comienza, y luego, vienen las demás complicaciones.
La verdad es que el programa no está nada sencillo.
Imagínese: vamos a ser más de 330 millones de personas con diabetes dentro de quince años según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, lo que significa también que 13 de cada 100 fallecimientos tienen que ver en forma directa con esta enfermedad crónico degenerativa.
Ahora que llegue al gobierno el doctor Torre, hemos de pedirle que se cambie algo en las leyes de salud, para que la gente esté obligada a atenderse, ya que de otra forma, seguiremos siendo un país de gordos, de obesos, de enfermos de diabetes y de hipertensión, y además, con el mexicanísimo espíritu que nos caracteriza, vamos a seguir diciendo: “estoy bien”, “no pasa nada” y demás justificaciones ante un inminente suicidio lento, calculado.
Porque no podemos decir que quien tiene diabetes no sabe que si no se cuida se va a morir. Es tiempo de poner nuestro esfuerzo y hacer lo que debemos para evitar tantas muertes por esta causa.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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