El título de ésta colaboración no es una pregunta, es una afirmación que pretende que vean hasta dónde la violencia ha llegado, y parece que ha ido demasiado lejos y que nada la puede parar.
Nadie puede negar que desde que el ejército salió a la calle y se desató una violenta lucha contra el crimen organizado, la violencia ha crecido en forma exponencial y tal parece que nadie está seguro.
Como ya todos sabemos, Salvador Cabañas fue baleado en un bar, la esposa de Cabañas dijo que se trató de un “intento de asalto y no de una riña” la causa por la que fue agredido.
Durante éste ataque, el jugador del Club América recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza por lo que fue trasladado a un hospital.
Los hechos ocurrieron en el baño ubicado en el segundo piso del bar con denominación social “Bar”, ubicado en el número 1860 de avenida de los Insurgentes, delegación Álvaro Obregón, a donde subió junto con su esposa.
Como buen político, Calderón condenó la agresión, y en un comunicado de prensa, “expresa su más enérgica condena a la agresión de la que fue objeto hoy el futbolista paraguayo Salvador Cabañas, actual jugador del América y de la selección de su país” al paraguayo Salvador Cabañas y expresó el apoyo de su gobierno para la investigación del incidente en el que el futbolista fue herido de bala, informó la oficina presidencial.
Hasta el momento de escribir la presente, sabemos que Cabañas superó la cirugía a la que fue sometido pero los médicos anunciaron que tras limpiar la zona de la herida le dejaron la bala en la cabeza.
Quizá por tratarse de una figura pública se haga algo al respecto, pero lo que hagan, que incluye buscar un “chivo expiatorio”, no traerá la salud y la integridad a Cabañas, en casos similares los decesos no son muchos pero las secuelas severas son incontables.
Lo que importa del evento es llamar la atención sobre el hecho de que suceden ese tipo de cosas todos los días, pero la autoridad no las ve porque les ocurren a ciudadanos comunes que no son figuras públicas.
He escuchado la opinión sobre el hecho en el sentido de que el jugador no debería estar en un bar, eso quiere decir que ningún joven tiene el derecho de divertirse sin jugarse la vida, y eso es muy grave, habla muy mal de la autoridad, de la seguridad pública y de las campañas que en nombre de la seguridad han iniciado.
La vigilancia y sobrevigilancia no son la mejor receta, las violaciones a los derechos humanos se dan desde el momento en que miembros de las fuerzas armadas salen a las calles con plena inmunidad, hasta la fecha nadie les hace algo y si se ven forzados a juzgar a alguno de sus elementos, lo hacen sus propios tribunales, lo que es ilegal.
Luego de los civiles inocentes muertos en nombre de la lucha contra la delincuencia organizada, la escalada de violencia sube y toca a todas las personas, eso, habla mal de la estrategia, que ya se ha dicho hasta el cansancio que deben replantear.
¿Cuántos más hechos de violencia esperará la autoridad federal y las locales para que se replantee la estrategia de la lucha contra el crimen organizado?
Esperamos que éste sea el último que tengamos que reportar.
FIN