Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Los “Juanitos” y la cuota de género

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Llamó la atención que durante la toma de protesta de los llamados diputados “Juanitos” hubo un poco de todo. El recibimiento era de esperar porque para muchos, los legisladores se aprovecharon de sus mujeres y compañeras para llegar a San Lázaro, cuando se suponía que estaban manejando eso que llaman “cuota de género”, lo cual, independientemente de lo que se diga o piensa, consideramos que es injusto a todas luces.
En ese sentido, podemos decir que siempre hemos sido de la idea de que en cualquier puesto, cargo o encargo puede funcionar un varón o una dama. Ambos tienen capacidades demostradas a lo largo de la historia: hemos visto grandes mujeres y grandes hombres en la rama de la invención, ciencias, tecnología, deporte, medicina, comunicación y así, podríamos ir una a una por todas las disciplinas en las que interviene el ser humano, y en todas ha habido damas y caballeros distinguidos.
También hemos pensado siempre que si se trata de una “cuota de género”, deberían ser las posiciones equitativas, es decir, 50 por ciento damas y 50 por ciento varones, no como estilan ahora cuando hablan de equidad y dicen: 60 y 40. En matemáticas equidad es igual, o sea, serían, como dicen en las calles: “mitad y mitad”.
Pero bueno, consideremos que ya llegaron a un acuerdo que han aceptado las féminas y se conforman con un 40 por ciento, para que luego lleguen los maridos y uno que otro vival y les quite la posición, como que no es justo.
Aquí hemos pensado que no era válido, porque finalmente, quien ganó la elección fue otra persona, y aunque unos dicen que gana la fórmula, la verdad es que pocas veces hay una injerencia directa de los suplentes, y la gente vota por tal o cual persona, no por una fórmula.
En ese sentido, Tamaulipas está tranquilo porque las barbaridades que se les ocurren a nivel nacional aquí no se reflejan, y en el seno del Congreso hay un profundo respeto a las damas y los caballeros por igual. En los partidos políticos, inclusive los pequeños-alternativos, dice el doctor- se trata de buscar que tengan la representatividad que deben, aunado a su capacidad probada.
Hemos defendido la idea de que pudiera haber más mujeres que hombres o viceversa, y que el caso es tener ahí, en el sitio indicado a la persona indicada, es decir, sin importar género, si su capacidad garantiza el cumplimiento adecuado de su función, adelante.
Un ejemplo es el caso de Teresa Aguilar de Salinas, quien como delegada de la Procuraduría Federal del Consumidor hizo un mejor papel que otros delegados, cuya honorabilidad no salió muy bien librada con eso de los “arreglos” con empresas fraudulentas.
Pero los “Juanitos” han tomado ya su lugar y obviamente, cobrarán su salario puntualmente y también llevarán a cabo su función como “representantes populares” término dudoso para quienes usurparon los lugares de sus cónyuges.
Los gritos que se escucharon en la televisión fueron pocos, pero esperemos que, al menos, hagan un papel decoroso y dejen de ser etiquetados como lo que son.
Y podríamos buscar damas distinguidas: Amira Gómez Tueme, Guadalupe Flores, Susana Hernández, Martha Guevara; en el ámbito educativo destacan directoras e inspectora que, pese a que algunos no saben entender cuál es su función, han dejado una importante huella en el magisterio y en los chicos estudiantes.
Vaya, no podemos asegurar que todo es para las damas o los caballeros, no es sano además. En ese sentido, hay varones que son excelentes compañeros y padres en una casa, y para su familia son determinantes, ya que cubren las funciones que histórica o tradicionalmente se dejaban a ellas.
Pese a lo que muchas personas indican, en la entidad se procura dar el sitio que corresponde a cada quien, aunque en ocasiones, la balanza se inclina más a uno u otro lado, pero no quiere decir que esté proliferando un machismo impertinente o un feminismo absurdo, sino que se está buscando que todos participen.
En este tiempo de elecciones, veremos algunos nombres de militantes de ambos sexos en cualquier instituto político, señal de que se está dando la oportunidad a ambos géneros de participar, de hacer su lucha y de cumplir a sus conciudadanos.
Tamaulipas tendrá candidatos a alcaldes y alcaldesas, a diputados y diputadas, y en ese tenor, los que vivimos en este maravilloso lugar tendremos la oportunidad de elegir, y no se vale que se decida uno por el género de quien resulte en la candidatura, sino por sus aptitudes, valores, capacidad y preparación.
La trayectoria a veces es importante, pero más aún lo es el hecho de saber que estamos eligiendo a la persona idónea.
Es cuestión de dar oportunidad a todos, pero por favor, no caigamos en absurdos. No queremos “Juanitos” en un estado como el nuestro.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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