1.- Durante el próximo mes de marzo, los matrimonios entre personas del mismo sexo serán una realidad en la Ciudad de México; en tanto, la unión por conveniencia entre el Arzobispo Primado y Felipe, El Pequeño, y la de éste, con los mandos de las Fuerzas Armadas son, ambas, relaciones peligrosas para nuestra frágil democracia. Son los inicios de la construcción de un triunvirato de lo más nocivo, estamos ante el anuncio de tiempos difíciles para quienes aquí y ahora nos toca vivir.
2.- Esas alianzas, junto con la que se estableció recientemente con Televisa para qué dicha empresa haga inconmensurables negocios a costa del erario, son muestras de las costosas e ineficientes ocurrencias de los estrategas blanquiazules para que Felipe, El Pequeño, pueda legitimarse a la mitad del sexenio. Más vale tarde que nunca, dirán. Pero nada parece salirle bien al grupo de incondicionales que rodean al inquilino de Los Pinos. Su incompetencia sólo se tradujo en irritación social, en inmovilidad política, en estancamiento económico.
3.- No es que Felipe, El Pequeño, haya desistido a posicionarse en el poder sobre la base de golpear, como quien sacude desnudo un avispero, al crimen organizado. Al seguir esa línea de acción, la que trajo múltiples daños colaterales, cientos de víctimas inocentes entre ellas niños y adolescentes, enojó a la sociedad mexicana desde Ensenada, Baja California hasta Mérida, Yucatán; de Ciudad Juárez, Chihuahua, a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Pero nada que hagan cambiará la percepción ciudadana sobre quien detenta el poder por designación.
4.- Un panista ejemplar es Vicente Fox. Pues bien, este pícaro personaje de nuestra tragicomedia entró en escena cuando respaldó la renuncia del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a su larga militancia en Acción Nacional. Claro que Fox no se ocupó de averiguar las causas verdaderas de la críptica decisión del funcionario público entre las que podrían esconderse, por ejemplo, sus fobias políticas o su documentada incapacidad para cumplir acuerdos secretos con importantes actores políticos, religiosos y económicos por no contar con el respaldo de su jefe. El señor Fox, superficial incluso en el análisis político, encontró en la escueta y oscura renuncia de Gómez Mont al PAN, un asunto de principios: Su rechazo a las alianzas entre perredistas leales a Los Pinos y los Camisas Azules encabezados por Nava, El Simple.
5.- Y es que en lugar de renunciar a la Secretaría de Gobernación, Gómez Mont rompió por lo más delgado y lo menos rentable: Su insustancial militancia en Acción Nacional, aunque aseguró que él no deja de ser el hombre que era ni deja de creer en lo que cree. Con tamaña confesión, Gómez Mont abre nuevas interrogantes que sólo los arqueólogos de lo efímero podrán indagar dentro de seis sexenios. Claro que no dejó el puesto, claro que este señor defendió su privilegiada situación laboral con ilustrativas declaraciones entre las que destaca la siguiente: “El secretario de Gobernación, en tanto sea secretario de Gobernación, trabajará para sacar los asuntos que le tocan con la mayor confianza posible”. El resultado es un debilucho, políticamente hablando, secretario de Gobernación que como el Juanito de Iztapalapa, habla de sí mismo, en tercera persona del singular.
6.- Sabemos que otros objetivos de Felipe, El Pequeño y sus muchachitos son los sindicatos insumisos por lo que intenta destruir al Mexicano de Electricistas y alentó el fallo judicial contra mil 200 mineros de Cananea, Sonora, el cual anula el derecho a la huelga en México y golpea a otro gremio que no es de su agrado.
7.- Al tiempo de que un insulso integrante del Gabinete renuncia entre risas y decenas de miles de ciudadanos agraviados, de homosexuales ofendidos, de mineros y electricistas despedidos, exigen la renuncia de Felipe, El Pequeño, las alianzas entre algunos panistas y unos pocos perredistas avanzan como en bólido. Dicen que van contra el PRI pero es claro que apuntan a otro objetivo más distante: Van tras el poderoso movimiento nacional que ha forjado Andrés Manuel López Obrador en los últimos años. En fin.