Fue la mañana del sábado 3 de febrero, cuando el gobernador Eugenio Hernández Flores decidió llamar a sus oficinas del Palacio de Gobierno, a los aspirantes a la presidencia municipal por Nuevo Laredo. Acudieron al llamado el diputado local José Manuel Abdala de la Fuente, el gerente de la Comapa y hasta ese momento el eventual precandidato, Carlos Montiel Saeb; el tesorero municipal Héctor Canales; el alcalde suplente Luis Moreno Sesma; el dirigente municipal del PRI, Ramiro Ramos y el titular de la Oficina Fiscal de Estado, Benjamín Galván Gómez, además del alcalde Ramón Garza Barrios.
La reunión duró algo de tiempo, horas, hasta que Eugenio les dijo que se pusieran de acuerdo para que entre ellos surgiera el candidato. Todos desfilaron de manera individual pero ninguno le gustó al mandatario, tal vez por situaciones o compromisos de los que tenía conocimiento, y aunque hasta ese momento Benjamín no figuraba como favorito, el gobernador se decidió por él, tal vez porque era el menos malo de todos, o sabrá Dios porque razones, pero a él lo eligió ante la sorpresa de los demás, pero luego de tediosas negociaciones, acuerdos, enlaces y hasta enojos.
Una vez que ya estaba decidido, les dijo que al llegar a Nuevo Laredo deberían convocar a la unidad de su partido, y a la unidad de todos los sectores, organismos y organizaciones que conforman el PRI, para evitar fracturas y divisiones, pero mas, para prevenir posibles brotes de inconformidad entre quienes quedaron relegados por el propio sistema, en este caso representado por el propio gobernador, y también por el eventual candidato.
Bajo esa óptica, tal vez Benjamín Galván no sea el mejor candidato para el PRI, pero en estos momentos es el idóneo, porque lo designó el gobernador, y porque el PRI tendrá que apoyarlo para llegar fortalecido a su registro y al proceso electoral del 4 de julio.
Pero Benjamín ya tiene frente a él y a partir del momento en que fue designado, una tarea titánica que se me antoja harto difícil, por su envergadura política, y por la forma en que tendrá que capotear los fuertes vientos de su partido, amén del vendaval que le presentara la oposición, por lo que deberá ser además de inteligente y astuto, negociador, para reconciliar las fuerzas políticas que quedaron rezagadas y dispersas dentro del propio PRI.
Para nadie es desconocido que cuando surge un candidato a presidente municipal en el PRI, lo primero que ocurre es que algunos de los aspirantes quedaran resentidos y muy dolidos por no haber sido elegidos, y ello constituye para el candidato en turno, un serio potencial negativo que puede polarizar la fortaleza de ese partido al momento de emitir el sufragio. O se emite el voto de la disciplina, o se emite el voto del castigo.
Por ello es que en este breve lapso de tiempo, previo a la campaña real, Benjamín tendrá que hacer uso de toda su capacidad, para hacerse de un buen equipo de trabajo e iniciar de inmediato la necesaria operación cicatriz, que consiste no en borrar la discordia ni la envidia, sino en canalizarla de manera positiva hasta convertirla en apoyo y en soporte, no en carga ni en freno.
El día del registro tal vez sea la próxima semana, por lo que en esta semana es muy probable que las renuncias de quienes deberán acompañar a Benjamín en su campaña, tendrán que renunciar a sus cargos de funcionarios públicos. Unos para perfilarse como los futuros funcionarios, y otros para contender para el cargo de diputado en los tres distritos electorales con que cuenta la ciudad.
Así, veo que el tesorero Héctor Canales deberá renunciar a su cargo, al igual que el profesor Aurelio Uvalle Gallardo, y posiblemente la ex regidora Rosa María Alvarado, aunque se maneja que Marisela López ramos está en la lista de mujeres que pudiera ocupar esa cartera.
Por lo pronto, la oposición está muy a pendiente de lo que ocurre en el PRI, y ahora que ya saben quién es el candidato de ese partido, tendrán que pensar bien a quienes ponen como sus candidatos, para darle una buena pelea al PRI.
Por lo pronto, en el PAN el agente aduanal Salvador Rosas no quiso entrarle, por lo que el camino lo dejo libre para el ex diputado local Everardo Quiroz, y para el agente aduanal Glafiro Salinas Mendiola, quienes ya se registraron en la capital estatal, y pienso que con tan pobre material humano, poco podrán hacerle al PRI, ya que ese partido, gracias a su enorme potencial político, a su organización, y sobre todo a su estructura territorial tan disciplinada, con cualquier candidato gana las elecciones.
El PRD tendrá posiblemente como candidato a un agente aduanal de apellido Bazan, quien tiene una televisora, aunque la direcrtiva e ese partido aun no lo confirma. Veremos que es lo que ocurrirá en los próximos días.
Hasta mañana
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