Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Medicinas “patito”: ya era hora

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Los que tenemos necesidad permanente de tomar medicamentos sabemos bien de qué se trata el tema y celebramos acciones en bien de los que de alguna manera gastamos en insumos de este tipo. Las medicinas no son un juego como lo han hecho parecer algunos malos comerciantes y otros malos, muy malos médicos.
El doctor Tofic Salum Fares, presidente de la Unión de Propietarios de Farmacias en la región comentó hace muy poco tiempo que se hará una revisión llamada de “bioequivalencia” a las medicinas genéricas y similares, y que como resultado es muy probable que desaparezcan unos 5 mil medicamentos de los llamados GI, es decir, genéricos intercambiables, de 13 mil que existen en el mercado.
El doctor Salum asegura que habrá problema para corregir las pérdidas que tendrán los farmacéuticos. Somos de idea distinta: celebramos efusivamente la decisión de las autoridades de Salud de hacer una verdadera revisión en este sentido, sabedores, por experiencia propia y por testimonio de decenas de personas que, como nosotros, viven con diabetes u otra enfermedad crónico degenerativa, que cientos –o miles- de estos medicamentos son mentira, cuento, farsa, engaño vil, que desde nuestra óptica, constituye el peor delito que pudiera cometer un gobierno contra sus gobernados: jugar con su salud.
Desde que el doctor Carlos Castro Medina ocupaba la titularidad de Salud en la entidad, en charlas con algunos de sus colaboradores, supimos de la forma en que nacieron muchos genéricos o intercambiables: se compraban las sales y se re envasaban, sin embargo, muchos de éstos medicamentos tenían menos concentración de la que dice en las cajas.
Esto, sin lugar a dudas, es una situación que a nivel nacional se sabe: las autoridades correspondientes y responsables de autorizar los medicamentos en México saben de estas anomalías, y al parecer, tienen algunos intereses, dado que han permitido que exista la circulación de malas medicinas.
Imagine el lector: tiene que tomar Metformina de 850 mg, acude a la farmacia y le venden de esas “extrañas” marcas –Primer Nivel y otras- una caja que le asegura que es lo mismo que la comercial o de patente. Compra usted y realmente el medicamento tiene 600 o 700 mg de Metformina, lo que quiere decir que usted no está tomando la dosis adecuada de su medicina.
Imaginemos si se trata de un antibiótico genérico: sucede lo mismo y es algo así como dar a los pacientes veneno envasado.
Cierto que los laboratorios experimentarán pérdidas, pero… ¿y todo el tiempo que nos vendieron menos medicina de la que decían? Consideramos que el hecho consumado por éstos es un grave delito, que, insistimos, está avalado por autoridades federales que permiten que llegue a la farmacia más modesta una medicina de este tipo, cuyo coste es hasta 20 veces menor que otro de patente.
Sabemos también de la voracidad de algunos laboratorios, pero de ahí a que cueste hasta veinte veces menos el medicamento… habría que ponerse a pensar en lo que nos están dando.
Quien probablemente pierda será el farmacéutico, el que tiene la farmacia cerca de la casa, pero las grandes industrias de la medicina nunca perderán, dado que han ganado con este tipo de acciones lo que nadie imagina. Están riquísimos de tanto vender a engaños.
Hay que ver la gravedad de las declaraciones del distinguido doctor Tofic Salum, quien asegura que las pruebas son de ley, y tienen como intención el demostrar que tienen EXACTAMENTE la cantidad de sal por la que fueron autorizadas y que dice en sus envases, y que al no cumplir con esta norma, saldrán de circulación unas 5 mil marcas o medicinas.
Lo anterior nos confirma lo que pensamos: el gobierno federal tiene hoy 5 mil medicinas “chafas” o “balines” que se venden en forma irresponsable y que no cumplen con lo que dicen que tienen.
¿Tendrán que esperar a que alguien se muera para actuar?
Necesariamente, la falta de medicina a alguien le tendrá que afectar, por lo que podría hacerse un llamado a la industria farmacéutica para que, antes de que les encuentren sus trampas en la elaboración de medicinas, las saquen del mercado y no jueguen con la salud de todos nosotros.
Es gravísimo lo que estamos viviendo, sin duda alguna, porque mire que mentirnos y engañarnos, no tiene nombre.
Reproducimos la declaración de Tofic: “La ventaja es que a partir de marzo cada ciudadano que por ahorrar compre las medicamentos GI, estará 100 por ciento seguro de que tendrá el mismo efecto curador, por eso a partir de esta semana en todo el territorio nacional se iniciará una exhaustiva investigación en las farmacias y los medicamentos que no cumplan con la bioequivalencia saldrán del mercado”.
Lo anterior quiere decir algo puntual: no se le ocurra enfermarse hasta marzo, porque ahorita hay medicina “balín”. Ya en marzo, supone el gobierno federal que nos creamos que están dándonos lo justo, lo que por ley dice y que pagamos peso por peso.
Aguántese, no se enferme ni agrave, ya en marzo, muérase con la confianza de que nos están dando medicina honesta, justa y sana.
¡Ah, que nuestro gobierno “del cambio”! Da risa su accionar, honestamente.
Comentarios: [email protected]

Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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