Apuntes para náufragos/Luis Sergio Miranda *Presencias permanentes

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– Este martes, el ex presidente Carlos Salinas dictó cátedra, propuso soluciones radicales, defendió vigorosamente su administración. Nuevamente culpó a su sucesor, Ernesto Zedillo, de haber propiciado la fuga de capitales, la migración al extranjero de unos cinco millones de compatriotas y una de las peores crisis que ha sufrido la economía mexicana.

Por este detalle, un grupo de analistas políticos coincidió en que Salinas está de regreso en la vida pública aunque al respecto, El Jefe Diego Fernández de Cevallos le dijo a la periodista Carmen Aristegui, meses antes: “El señor Salinas nunca se ha ido, está operando en todas partes y a todas horas. Está cerca de Peña Nieto, de Beltrones, de Beatriz Paredes, y con gente del PRD. Está impulsando un proyecto”. Para El Jefe Diego, también conocido como La Coyota, por traficar influencias, o La Ardilla, por sus innumerables visitas a Los Pinos “para operar cuestiones de orden práctico”, durante los años que Acción Nacional ha ocupado Los Pinos, la presencia de Salinas en esa casa, es un hecho.

Mire, convidado como orador estelar en el seminario Privatización bancaria, crisis y resultados del sector financiero: reflexiones pendientes, organizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, ante un grupo exclusivo de banqueros, ex banqueros y ex altos funcionarios públicos, Carlos Salinas acusó al gobierno de Ernesto Zedillo de haber proporcionado información confidencial, a mediados de diciembre del 94, a unos cuantos empresarios mexicanos sobre la inminente devaluación, lo que propició que aquellos, apresuradamente, sacaran sus capitales del país y vaciaran las reservas internacionales generando, en pocas horas, una crisis de insolvencia financiera… Claro que algunos de los atentos escuchas ahí reunidos se sintieron aludidos por dichos señalamientos pero nadie perdió la compostura.

Profundo, como nunca antes, Salinas dedujo que al ser los bancos radicados en México, en su mayoría filiales de extranjeros, si tienen problemas aquí o en otros sitios, deberán atender líneas dictadas por autoridades distintas a las mexicanas por lo que llamó a recuperar el control del sistema bancario del país para que éste responda a las directrices y necesidades de los mexicanos.

Luego, didáctico, ilustró: El control de la banca por los ciudadanos de un país es una política mundial que debe seguirse porque al final del día, será el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos el que dictará las disposiciones de lo que pase en México… Así sucede en el mundo, Alemania no permitiría esto, y en Estados Unidos, ahora que sus bancos enfrentaron terribles pérdidas y entraron en quiebra, no dejaron que ningún extranjero adquiriera el control sobre esos bancos… (Allá) dijo, Salinas, primero entró el gobierno, se quedó con los bancos y ahora está viendo cómo se lo regresa a ciudadanos norteamericanos… Si allá lo hacen, (ellos) nos dieron la receta de que lo hiciéramos aquí, concluyó, agudo, el ex presidente.

Un Salinas renovado aseguró que con esta crisis el debate entre mercado y Estado está de regreso pues se ha pasado de proponer al mercado como solución de todos los problemas, para ahora exigir la vuelta del Estado como propietario y así resolver la crisis… Pero para no asustar a sus escamados escuchas, agregó enseguida: “Esto podría leerse como un regreso al modelo del capitalismo de Estado. (Pero) no es así. Se trata, en realidad, del capitalismo subsidiado por el Estado, la reaparición de este último como gran propietario de la economía, dispensador de servicios, supuesto árbitro entre el capital y el trabajo y, de manera principal, como sustituto de la sociedad organizada”. “Estamos, remató, ante el Estado convertido en el sujeto capitalista de última instancia”.

Memorioso campeón contra las injerencias externas en los asuntos nacionales, Salinas apuntó –citando las memorias del entonces secretario del Tesoro estadounidense, Robert Rubin, en las que éste sostiene que funcionarios de aquel país visitaban en secreto Los Pinos para acordar los términos del programa de rescate económico– que la principal medida para hacer frente a la crisis del peso fue sugerida por las autoridades financieras de Estados Unidos y acatada por el gobierno mexicano… De inmediato atinó que el gobierno estadounidense le impuso al de Zedillo la decisión de elevar las tasas de interés, aun cuando el equipo de la Secretaría de Hacienda se oponía a esa determinación por lo que las tasas pasaron de 7 a más de 110 por ciento. Fue esa decisión, concluyó, la que provocó la quiebra de la banca mexicana, de miles de empresas y de cientos de miles de familias…

Siempre apoyado en documentos del Banco Mundial y del Senado mexicano, reveló que el gobierno de Zedillo transfirió a la sociedad el costo del rescate bancario, que duplicó de hecho la deuda pública de México y que ésta se va a pagar durante los próximos 70 años con recursos fiscales.

Otro que nunca se ha ido es Speedy González, el popular personaje de dibujos animados, también conocido como el ratón más rápido de México mismo que tendrá su propia película, informó la revista The Hollywood Reporter. En fin.

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