Suicidio asistido: la compasión importa

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Una nueva guía para clasificar la ley sobre suicidio asistido fue publicada este jueves en Inglaterra y Gales, Reino Unido, hace especial énfasis en la motivación de las personas consideradas como sospechosas, a la hora de decidir si una persona debe o no enfrentar un procedimiento judicial

El director de la unidad de Procesos Judiciales Públicos, Keir Starmer, subrayó la importancia de decidir si una persona actuó con “total compasión” y no por razones financieras.

Por otro lado, Starmer aclaró que la guía no contemplaba los casos de eutanasia y no representa un cambio en la ley que en Inglaterra condena el suicidio asistido con hasta 14 años de prisión.

Starmer se vio forzado a revisar la guía después de una larga batalla legal emprendida por Debbie Purdy, una inglesa que sufre de esclerosis múltiple.

En julio del año pasado la Cámara de los Lores, máxima instancia judicial del Reino Unido, dictaminó que Purdy tenía el derecho de saber bajo qué circunstancias su esposo -quien es de origen cubano- podría ser procesado si la ayudaba a viajar a Suiza para cometer suicidio asistido.

Starmer ya había publicado un borrador de la guía en reacción a la sentencia de los Lores.

Decisión “informada”

Más de 100 británicos con enfermedades terminales o incurables han viajado a la clínica suiza Dignitas para morir y ninguno de sus familiares y amigos han sido procesados por la justicia británica.

Esto se debe a que, bajo los términos de la ley, las autoridades tienen poder de usar su discreción.

En ese sentido, las recomendaciones de la nueva guía se centran más en la motivación de los sospechosos que en las características de las víctimas.

En el caso de la persona que ayudó a la víctima se contempla si lo hizo por razones de compasión, si cooperó con la policía y si no lo hizo por motivos financieros.

Starmer subrayó que los cambios en la guía no significan que la ley se haya puesto más o menos estricta.

“Esta política no cambia la ley sobre suicidio asistido”, señaló. “No abre la puerta para la eutanasia, ni anula la voluntad del Parlamento”, señaló. “Lo que si hace es fijar un marco de trabajo para que los fiscales decidan si un caso debe ir o no a los tribunales”.

Otra de las modificaciones más obvias con respecto al boceto elaborado originalmente por Starmer fue la eliminación de la referencia a la enfermedad terminal de la persona o su discapacidad.

Starmer dijo que el contenido original podría discriminar a las personas que sufren esas condiciones y sugería que están menos protegidas.

Sin embargo Starmer resaltó que otros factores incluido en la guía dejan en claro que no sería apropiado ayudar a alguien que no necesita asistencia para cometer suicidio.

“Alguien que le quita la vida a otra persona comente un acto muy distinto y bien podría ser responsable de asesinato o homicidio culposo. Es una distinción importante que todos necesitamos entender”.

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