El Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Tamaulipas tiene un reto muy grande para este año, debe proponer o promover una Ley de Archivos que permita garantizar a los tamaulipecos que por vez primera en su historia con la salida de las administraciones municipales, dependencias estatales y organismos descentralizados “no se pierdan” documentos importantes para dar continuidad al trabajo administrativo, ya que cada tres años –en el caso de las presidencias municipales- o cada seis años – para el poder ejecutivo estatal, los funcionarios suelen cantar “que no quede huella, que no y que no, que no quede huella”…
Realmente a pocos nos ha caído “el veinte” que este año, hay cambio en la administración estatal, en el Congreso del Estado y en las 43 alcaldías, o sea, este es el año de “Hidalgo” para todos los que se encuentran en la recta final de la administración, aunque algunos mantengan la esperanza de ser contratados de nueva cuenta por la siguiente administración.
Para difundir los derechos ciudadanos con relación al acceso a la información pública, el ITAIT inició en febrero un ciclo de conferencias disertadas por destacados académicos e investigadores miembros del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y también miembros del Sistema Nacional de Investigadores, en donde se ha “desnudado” la función pública. Al no ser políticos los ponentes, no tienen que quedar bien con nadie, mientras que el público es una comunidad universitaria abierta a todo tipo de conocimientos y aprendizajes.
El Dr. Ernesto Villanueva, reconoció que tenemos leyes muy bien elaboradas tanto a nivel federal como estatal, y éstas pueden ser consideradas como ejemplo internacional, pero en la aplicación o la práctica, aún estamos lejos de estar al nivel de las naciones más avanzadas. Siendo bastante conservador, dijo que los resultados posiblemente los veremos en 20 años.
En la segunda intervención el Dr. John Mill Ackerman, llamó la atención de los jóvenes al comentar que no es posible que los mexicanos vean cada tres o seis años dictadores o caciques como nuestros representantes en el ejercicio del poder, pero lo más grave es como esas mismas autoridades están buscando por todos los medios las formas para evitar el cumplimiento de las leyes.
Esta es la segunda ocasión que escucho voces autorizadas bien fundamentadas en pedir que se otorgue al ITAIT facultades para sancionar, pues “justicia sin espada, no es justicia” o como se dijo en una conferencia “ponerle dientes a la Ley”, que para el fin es lo mismo, simplemente que el ITAIT deje de ser un órgano que solo recomienda.
Como el ITAIT es un órgano descentralizado del Gobierno del Estado que empezó a funcionar este sexenio. En su nacimiento fue estigmatizado con el pecado original por la designación de sus comisionados, ese problema, según sus propios miembros, ha sido superado a más de un año de trabajo. Es precisamente la intensidad de sus actividades realizadas la que hablan de la calidad profesional de todos los que laboran en la institución.
Sin embargo, no solo tendrán que pasar la “prueba de fuego” al garantizar que en el cambio de las administraciones municipal y estatal, no se pierdan documentos –pues de los bienes muebles e inmuebles se deberá encargar la contraloría-, sino que además, de llegar a tener “dientes” para sancionar, es posible que tengan que “morder” la mano de quien les ha dado de comer.
La tarea que tienen en frente no es fácil, por un lado no pueden negar que están en la transición de dos administraciones y que tienen la obligación a hacer un trabajo limpio y transparente, mientras que por el otro lado están los miles de ojos de los ciudadanos que observan sus actitudes y comportamiento para afirmar o descartar que hayan pasado la “prueba de fuego” y darle su voto de confianza a su trabajo.
Pero este ciclo de conferencias no termina aún, en el pleno ejercicio de los derechos y libertades ciudadanos, vendrán otros investigadores a hablarnos sobre la transparencia y los partidos políticos, entre otros temas que se tornan muy interesantes.
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