Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *La “guerrita” electoral

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Muchas cosas suceden en nuestra sociedad que son propiciadas por los actores políticos que buscan un lugar en las preferencias, primero, de su partido, y luego, de la sociedad, a grado tal que algunos malos políticos se han unido en aras de convertir el arte de la política en una desmedida ambición. La presunta alianza PAN-PRD es el más claro ejemplo, pero no es el único.
Hace apenas unos días la prensa tamaulipeca consignó la visita que hiciera Francisco Javier Chavira a Jorge Mario Sosa Pohl, este último, presidente en la entidad del Partido de la Revolución Democrática.
Las bromas en aquel entonces llegaron al grito de los reporteros y asistentes quienes gritaban “beso, beso”, dada la exagerada amabilidad con que Chavira anunció su regreso al redil perredista, procurando una cordialidad inexistente pero manifiesta, al menos en el boletín.
Claro, la verdad siempre sale a flote, y en cuanto fue a entregar su solicitud de registro para la precandidatura a gobernador, Chavira aprovechó para tirar lodo, tierra y otro tipo de cosas similares a Sosa Pohl, demostrando que aquel acto publicitario fue únicamente eso.
Pero no es el único: vimos a nivel nacional el berrinche del pequeño presidente de Acción Nacional “Navita”, al habérsele negado el permiso para dejar la responsabilidad por la que rindió protesta y dedicarse de cuerpo entero a asumir su papel de dirigente nacional del blanquiazul.
El caso es, como dicen algunos que realmente conocen estas cosas, que Navita se olvidó de la cortesía para con los otros partidos. Supuso que, siendo del partido del Presidente podría llegar y anunciar lo que quisiera, a sabiendas que una mayoría no le favorece en San Lázaro. El resultado que la negativa y el consecuente berrinche, que dio lugar a las bravatas características de este grupo de políticos de nuevo cuño pero nula experiencia y sensibilidad:
Acusaron a los priístas de tener miedo por sus alianzas. En ese sentido, suponemos que se pueden decir y escribir mil y una cosas, se deberán esgrimir argumentos de toda índole, pero la decisión de si fue o no adecuada la alianza entre los perfectos enemigos de siempre la tendrá la ciudadanía que salga en julio próximo a emitir su voto en las entidades donde no participan para ofrecer un mejor gobierno, sino para ganar, para arrebatar sin importar los medios.
No es posible que un consumado panista acepte a un real perredista, están mal los que propician este tipo de jugarretas, y seguramente, la ciudadanía, cuando se dé cuenta que sus partidos políticos juegan con su sensibilidad, emitirán el tradicional voto de castigo.
Es como la sucia campaña que realizan hoy en entidades gobernadas por militantes del PRI, a quienes quieren culpar de los problemas existentes en México. Ahora resulta que el hijo es culpable, pero el padre no.
No tenemos la misma percepción: suponemos que la problemática general en el país es producto de la ineficiencia gubernamental en distintos rubros.
Hay inclusive cosas que no se pueden hacer en el estado porque tienen que llevar el visto bueno de la Federación, es decir, el “OK” de papá.
Y es precisamente en este aniversario del Partido Revolucionario Institucional cuando entendemos que para julio próximo se pretende armar un bipartidismo disfrazado: por una parte, el PRI, y por otra, el resto, es decir, los que siempre han considerado que las derrotas electorales son producto de la ignorancia de nosotros los votantes. ¡Qué equivocados están!
Cierto que hay presión en algunas partes respecto a la intención del voto, pero no sabemos al día de hoy de alguna persona que haya puesto una pistola para que alguien vote por tal o cual partido. Los que quieren y se sienten comprometidos, ¡bienvenidos!, porque serán votos favorables, pero de ahí a que se les haga todo eso que dice el PAN, dista mucho de la realidad.
La realidad de nuestra entidad es hoy otra: existe un convencimiento hacia la ideología de quien debe gobernar, y eso lo vivimos en los últimos comicios donde el PRI se llevó, como dice el presidente Gamundi, el Carro Completo, suponiendo que ahora podrá ser, si no igual, mucho más avasallador.
¿Por qué pensar así? Sencillo: porque hemos tenido una muy buena respuesta hacia la sociedad de parte de nuestros gobiernos, y si bien es cierto que algunos malos “pájaros azules” han echado mano de sus estrategias mediáticas para desprestigiar a su acérrimo rival, lo cierto es que, basta salir un poco a las calles de cualquier ciudad tamaulipeca para constatar el trabajo que nos permite vivir mejor, de una manera más adecuada.
Los dirigentes inexpertos como los Chuchos o los Navitas han minimizado la inteligencia de la población, a sabiendas que se deberán a ellos en caso de lograr captar algunos votos; se han olvidado que pensamos y que somos agradecidos con quien ayuda, pero enérgicos con quienes son injustos.
El juicio determinante será el 4 de julio, en tanto, veremos alianzas de agua y aceite, golpes mediáticos, insultos y mentiras en las mal empleadas redes sociales, y uno que otro rumor sobre la reputación de cualquier candidato que no sea de ellos.
Es lo único que queda: difamar, difamar y asustar, para tratar, ya no de ganar, sino al menos de mantener el registro.
Comentarios: [email protected]

Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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