Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Día de la Familia

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Este domingo se celebra el “día de la familia” en México y otros lugares, y se han organizado una serie de eventos para tratar de concientizar a la sociedad de volver a entender lo importante que es el núcleo social básico de la comunidad.
Pensar en la familia, definitivamente, significa tener la idea de la importancia que tiene el conformar este grupo, por lo general, encabezado por padre y madre, y decimos “por lo general”, porque es una realidad en nuestro país que muchas familias están encabezadas únicamente por la madre, y otras tantas por padres abandonados por sus esposas, que también se dan muchos casos.
El ideal, definitivamente, es que todos estemos completos: padres e hijos, e inclusive, en algunas ocasiones con miembros “extras” en cuanto a la formación pero igual de importantes: los tíos, abuelos, primos y demás. Por lo general, México maneja familias monoparentales, de sistema matriarcal, porque aunque se diga que somos una comunidad de “machos”, la mujer es la que domina en las decisiones, es la que lleva la rienda de la educación de los hijos y la mayor carga, aunque no se presenta en todos los casos.
Hay hogares donde el padre se lleva a cuestas la carga de la formación y educación de los hijos y la mujer es algo así como mero objeto decorativo, ya que no cumple con su función –que no es obligación- de coadyuvar en todo lo que se refiere a los herederos, dejando la responsabilidad al padre.
Es cierto, la figura de padre y madre ha cambiado mucho en nuestros días: hoy, la mujer participa activa y económicamente en la manutención de casa, y en ocasiones se decide a desarrollar actividades más sociales que de formación de los hijos.
En el caso de las madres trabajadoras, hay algunas que abusan de esta condición y dejan toda la carga al padre, y otras que, de plano, en un afán por evadir su responsabilidad y misión tan sagrada e importante, también omiten su función como madres, olvidando lo maravilloso que resulta, a padre y madre, el poder participar en la formación de los hijos.
El caso es que en día de la familia es oportuno hacer algunas reflexiones sobre lo que debe significar para muchos de nosotros que no tenemos más idea que la de compartir el apellido.
Ser familia significa ser un grupo de amigos-socios; solidarios ante todo y colaboradores, honestos y sinceros, sin secretos radicales, aunque todos tenemos derecho a manejar privadamente algunas cosas.
Tradicionalmente el sistema DIF en las entidades y el país fomenta los valores familiares, y en algunos casos propicia mediante programas activos una serie de actividades que permiten que padres y madres estén con sus hijos, conviviendo y logrando romper la desconfianza que muchas veces nace producto de un abandono aparentemente involuntario, pero que los expertos en estudios de la familia consideran que se sitúa en una actitud inconsciente, pero voluntaria, tratando de dejar a un lado la misión para la que fuimos invitados y que voluntariamente decidimos aceptar.
Porque nadie forma una familia a fuerza.
Y es muy doloroso saber que existen personas que consideran que dar todo lo material a sus hijos les convierte en buenos padres. Lleno está el mundo de familias donde el jefe tiene una situación económica bastante aceptable, compra automóviles y lujos, permite que los herederos hagan cuando desean con la tranquilidad de poder responder económicamente… y los convierten en delincuentes.
Los “juniors”, muchachos mal orientados que tienen actitudes desagradables y nefastas, son el producto de padres que con una chequera o una tarjeta de crédito suplen los tiempos valiosos de la convivencia familiar.
No es padre el que solo está con los hijos en días de graduación o aniversarios, sino el que sabe qué les gusta a sus hijos y entiende sus frustraciones y alegrías, el que entiende por qué lloran o ríen, el que está cuando enferman y cuando ganan un título o un trofeo.
Padre es el que no se avergüenza de lo que sucede cerca de los suyos y entrega su mano amiga para soportarlos y levantarlos cuando se necesita.
Pero la familia, no es la que se toma la fotografía cada año en Navidad o Año Nuevo sino la que se forma por verdaderos amigos y camaradas, unidos por los lazos entrañables del amor que debe existir en cada rincón de casa.
La familia es la base de todos nosotros, y si no tenemos un minuto para reflexionar sobre lo que hemos hecho con la nuestra, si no sabemos entender que somos todos uno solo, y que no llevamos común únicamente el apellido sino la solidaridad, no tenemos la fuerza de llamarnos como tales.
Hay que aprender a disfrutar la compañía de los de casa, entender también que la unión familiar significa aceptación de los gustos de los demás sin querer imponer los nuestros.
Que la familia, si sabemos entenderlo, es el primer eslabón de nuestra existencia.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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