· Agradecen familias por implementar este programa.
El programa de equinoterapia implementado en el Zoológico Regional de Nuevo Laredo, ha venido a dar solución a decenas de familias que no podían costear el tratamiento de manera privada.
Seis funcionarios que, en busca de tener un servicio de excelencia por parte del zoológico, propusieron a las autoridades municipales su interés en desarrollar esta actividad, siendo enviados a tomar un curso en Dolores Hidalgo, Guanajuato, a cargo de la empresa Tropel A.C., especializada en este tipo de actividades.
Gina Ferrara de León, directora del Zoológico Regional de Nuevo Laredo, comentó que la terapia con caballos se está combinando, además, con la aquaterapia y terapias con animales domésticos.
Son 63 los niños que iniciaron su rehabilitación el año pasado y asisten a la misma una vez por semana y con duración de 15 a 20 minutos por sesión, según lo que recomiendan especialistas en el tema.
Pronto se sumarán a ellos 15 menores más que ya están anotados, y esperan que en el transcurso del año se llegue a contar con una asistencia de 100 niños.
La señora Roda Romero Méndez, comentó que su hijo, Bernardo, empezó a asistir en cuanto comenzaron a darse las terapias.
Su niño, que padece de parálisis cerebral, es espástico (rígido) y a partir de que empezó con su terapia aflojó mucho su cuerpo.
“Ahorita ya logra sentarse en un mueble, le puedo poner un cojín de cada lado y puede estar sentado. Eso él no lo hacía”, relató.
Respecto a las expectativas que se plantean con la terapia equina, comentó que lo importante es entender que las mejoras son lentas, pero progresivas.
“Uno lo puede ver muy lento, pero lo poco que sea, para él es demasiado. Entonces tenemos que ir poco a poco, etapa por etapa. Él cuando termina su terapia va feliz y totalmente relajado. Le encanta estar en el caballo. Le ponen música y hasta parece que se va arrullando”, indicó Roda Romero.
Por su parte, Josefina García de Rodríguez, dijo que su hijo Emmanuel Isaú, lleva medio año asistiendo a la equinoterapia, y menciona que la experiencia ha sido muy favorable.
“El niño ha progresado bastante. Tiene mejor movimiento, sostiene su columna y cuello. Desde un principio se sintió muy bien. Yo les digo a mis amistades que hagan de cuenta que siempre había subido a un caballo. Va muy bien ahí con las personas que lo llevan, muy a gusto. Muy tranquilo… va encantado de la vida”, mencionó la señora Josefina.
Lilian Peña, una de las instructoras, explicó que la iniciativa por parte de quienes hoy son instructores en formalizar el desarrollo de esta terapia se debió a que sintieron la necesidad de ponerla al alcance de la gente que la necesita porque las oportunidades que existían anteriormente eran muy costosas, y en este caso se hace de manera gratuita.
“Llevo ocho años trabajando con animales; el caballo es muy noble, aparte de eso el calor que trasmiten es muy sano para los niños que necesitan la terapia, ya que su cuerpo es más caliente que el de un ser humano, movimientos que ellos no pueden hacer, el caballo los hace. Estoy trabajando con los caballos y con niños de capacidades diferentes, entonces es un gran regalo que se me hace el poder estar con los niños, sus familias, y con un gran equipo humano entregado a la causa y esperamos seguir adelante”, agregó Lilian Peña.