Óptica/Gastón Monge *Renuncias

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– ¿Obligadas o de conveniencia?

Al cumplirse el plazo para que funcionarios públicos que aspiren a competir por un cargo de elección popular, en esta ciudad, las renuncias, aunque no fueron en cascada por ser este término mal empleado para el caso, la separación de sus cargos de 19 personas llama la atención, debido a que aunque solo tres ya tienen el lugar asegurado como precandidatos a las diputaciones locales, el resto pertenece al grupo de los acomodaticios.

Y lo son, porque como ocurre cada tres años, los que no figuran en ese rango, renunciaron porque sus intereses personales y sus ambiciones para seguir viviendo del erario público, o dicho de otra manera, para continuar siendo rémoras del sistema que los mantiene, aspiran a continuar en la próxima administración municipal como funcionarios públicos, y en el mejor de los casos, como regidores, apoyados por sus respectivas agrupaciones afiliadas al PRI.

Por eso no me extraña que los elegidos para ser los precandidatos por el PRI, hayan sido el ya ex tesorero Héctor Canales, quien para mi gusto, no tiene la capacidad para representar alguno de los tres distritos que estarán en disputa el 4 de Julio.

Y no me extraña porque es sabido que a este personaje no solo le agrada manejar los dineros del pueblo, sino también hacer dinero y gastarlo de la manera más burda, como la casita que se compro el año pasado en la colonia Madero a un costo, dicen los que saben más que yo, de un millón de dólares. Pero bueno, eso dicen algunos aunque otros lo desmientan.

Otro de los personajes asegurados para una candidatura a diputado local, es la titular de las mujeres políticas del PRI, Rosa María Alvarado, quien desde que se atrevió a pelear con Horacio Garza Garza el derecho a ser candidato a la diputación federal, no ha quitado el dedo del renglón, y ahí tiene la posibilidad, aunque pienso que de ganar, para las próximas elecciones de seguro querrá ser candidata a la presidencia municipal. Si, como no.

El tercer personaje que renuncio a su cargo como funcionario de la Secretaria de Educación de Tamaulipas, y a quien veíamos en ese lugar desde hace mucho tiempo, es el profesor Aurelio Uvalle Gallardo, hombre disciplinado y fiel a su partido y sindicato.

A él sabemos que lo apoya el dirigente estatal del magisterio, Arnulfo Rodríguez, quien sea dicho de paso, podría reaparecer en las próximas elecciones como aspirante a la candidatura por la presidencia municipal, de Nuevo Laredo, ya que es apoyado por la enigmática y malévola profesora Elba Ester Gordillo y su partido Nueva Alianza. Habrá que seguir los acontecimientos.

De los demás (como dijo un funcionario municipal con una frase que hizo famosa), que les puedo decir. Por ejemplo, es casi seguro que el horacista de Alejandro Montemayor Casillas quiera repetir como secretario del ayuntamiento bajo el mandato de la próxima administración, ello en el caso de que el PRI gane la contienda electoral. Y si bien no ha tenido hasta el momento una excelente labor, su papel ha sido modesto y en ocasiones gris.

En cambio, veo que el secretario de administración e innovación gubernamental, Nabor Etienne Goytortua, ya hizo las maletas para irse a ciudad Victoria y acompañar al candidato Rodolfo Torre Cantú, quien de seguro le ofreció un buen cargo estatal, porque Victoria ha sido el reducto de Nabor, y porque siente que Nuevo Laredo le quedó chico a sus aspiraciones.

Del titular del departamento municipal de educación, Jorge Luis Benavidez, puedo decir que sus aspiraciones se remiten a que quiere ser regidor, y si sus ambiciones se lo permiten encabezar la comisión de educación en el cabildo. Creo que por allí va la cosa.

Juan José Zarate Quesada encabeza la lista de personajes que pudieran estar en la dirección de comunicación social, por su experiencia, por su conocimiento del área, y más por su lealtad a su partido y las buenas relaciones que mantiene con los comunicadores de la ciudad y de todo el estado. Por eso es que me inclino a que ocupe ese cargo, y espero que su salud se lo permita.

En lo que se refiere a Benjamín García Marín, por su experiencia en las lides políticas del PRI, y por haber sido ya regidor, lo veo como sindico, ya sea el primero o el segundo, impulsado por la CNOP. Mientras que a Martin Guerrero, sub director de obras públicas, lo veo sentado en una de las sillas de los regidores, no mas allá de una de esas incomodas sillas de piel que solo sirven para que se duerman esos servidores públicos y para que levanten la mano en son de aceptación a los designios del alcalde.

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