Excelsior.com:
José Carreño Figueras
El gobierno mexicano adoptó una estrategia para apoyar el proceso de integración de sus migrantes en Estados Unidos, como una medida más de protección, informa un reporte del Instituto sobre Políticas de Migración (MPI, por su siglas en inglés).
La noción de una responsabilidad compartida con el país receptor de migrantes desafía la idea de que la labor de un gobierno termina con la emigración y “pone a México al frente en el involucramiento con su diáspora”, estima el documento elaborado por la especialista Laureen Laglagaron.
El reporte reconoce al Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME), de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), por actividades que incluyen educación a distancia para mejorar la instrucción que los migrantes recibieron en México, talleres de información financiera para alentar el uso del sistema bancario y crear historiales de crédito, “ventanillas de salud” en los consulados y un modelo de involucramiento cívico binacional, a través de un consejo con representantes de la comunidad mexicana en Estados Unidos.
Si bien “la idea de que un país emisor aliente activamente la integración de sus migrantes en un país receptor parece contraria a la búsqueda de contactos con su diáspora, hay varios beneficios estratégicos para México en una población migrante bien integrada”, destacan las conclusiones del texto.
El estudio indica, por ejemplo, que “los migrantes mexicanos más capaces de contribuir con México son miembros estables de la clase media, que no confrontan la diaria lucha por la sobrevivencia”.
México, a su vez, al eliminar barreras cívicas, educativas y de salud “reconoce su responsabilidad compartida por el bienestar de sus nacionales y entiende que debe ayudar a su éxito si espera mantener un vínculo duradero” con ellos.
De acuerdo con el reporte de Laglagaron, “México ha ido más allá de las medidas tradicionales de protección consular para entregar una gama de servicios cívicos, de salud, educativos y financierios a sus migrantes, de los cuales 96 por ciento vive en los Estados Unidos”.
Esas tareas, se precisa, “tradicionalmente las cumplen los países receptores de migrantes”.
Laglagaron considera que, aun cuando sería necesaria una mejor evaluación, esta política “ofrece un número de mejores prácticas potenciales, no sólo para México, sino para otras naciones emisoras”.
El reporte puntualiza que los programas del IME “llenan huecos en el sistema de bienestar social y se desarrollan en colaboración con distritos escolares, hospitales, universidades, fundaciones y organizaciones comunitarias” en Estados Unidos
Recupera el documento el dato que demuestra el incremento en el número de oficinas consulares mexicanas en la Unión Americana, en respuesta al crecimiento de la población migrante mexicana, que pasó de 2.2 millones en 1980 a 11.4 millones en 2008.
“Se ha dado un cambio en el trato mexicano a sus migrantes, junto con esas tendencias demográficas enraizadas en la creencia de que un migrante mejor integrado beneficia al individuo, al país emisor y la nacion receptora” agregó la investigación.
El trabajo de integración que ha puesto en marcha el IME representa “uno de los más significativos, aunque ignorados, factores en la política de integración de migrantes en Estados Unidos”.