Aprueban histórica reforma al sistema de salud

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Por David Espo/AP
WASHINGTON

Ante la exhortación del presidente Barack Obama, el Congreso, controlado por los demócratas, aprobó un histórico proyecto de ley el domingo por la noche que amplía la cobertura médica a decenas de millones de personas sin seguro y pone límites a los abusos de las compañías de seguros, un capítulo caldeado en la búsqueda de la cobertura médica universal que se inició hace casi un siglo.

Ampliamente considerado como un proyecto muerto hace dos meses, la iniciativa del Senado fue aprobada en la Cámara por 219 a 212. Los repúblicanos fueron unánimes en su oposición y a ellos se unieron 34 disidentes demócratas.

Obama observó la votación desde el Salón Roosevelt en la Casa Blanca, acompañado del vicepresidente Joe Biden y unos 40 asistentes. Cuando el esperado voto 216 se concretó –el número mágico para lograr la aprobación– el salón se llenó de expresiones de júbilo y abrazos. El Presidente, obviamente contento, saludó expresivamente al secretario de su gabinete, Rahm Emanuel.

La dirigencia demócrata logró un acuerdo con los legisladores que se oponen al aborto, con el fin de asegurar los votos necesarios. La legislación podría ser firmada por Obama tan pronto como el martes.

Pese a la oposición de numerosas objeciones republicanas, el proyecto de ley amplía a 32 millones de personas la cobertura médica, prohíbe a las aseguradoras negar cobertura a pacientes que ya tengan alguna enfermedad y reduce el déficit en aproximadamente $138,000 millones a lo largo de una década.

La aprobación de la medida, que ya fue refrendada por el Senado, enviaría el proyecto de ley al presidente Obama para su firma. Pero todavía faltaría un paso, un paquete adjunto de medidas que tendría que aprobarse en el Senado.

El proyecto de ley significa muchísimo para la presidencia de Obama, quien ha hecho de la reforma de la salud pública el tema definitorio de su primer año en el cargo. Los republicanos esperaban que al obstaculizar la iniciativa podrían reducir la ambiciosa agenda nacional del Presidente, que incluye la reforma de inmigración y proyectos de ley sobre el cambio climático.

Aunque la salud pública ha sido desde hace mucho un objetivo de numerosos presidentes a lo largo de los años, ha probado ser un tema espinoso en parte debido a que en Estados Unidos todavía impera el sentido de la independencia personal y no se ve con buenos ojos a un gobierno central fuerte.

Un grupo de manifestantes frente al Capitolio dejó saber su oposición y un hombre en la galería de visitantes de la Cámara se paró y gritó “¡Maten la ley’ antes de que lo retiraran del recinto, prueba de las pasiones que ha agitado el debate desde hace un año.

Obama cabildeó a los legisladores por teléfono desde la Casa Blanca y entonces tomó la medida crucial de emitir una orden ejecutiva para satisfacer a un pequeño grupo de demócratas que exigieron que se prohíba el uso de fondos federales para los abortos electivos.

“Ya tenemos más de los 216′ votos necesarios para que se apruebe por mayoría, dijo el representante demócrata Bart Stupak, mostrando el proyecto de ley después de liderar el movimiento contra el aborto en una rebelión que había dejado el resultado de la votación en duda.

Después de más de un año de combates políticos –que seguramente se prolongará hasta las elecciones de otoño por el control del Congreso– el debate en el pleno de la Cámara se desarrolló sobre bases pronosticablemente partidistas.

Los republicanos “le han mentido soberanamente al público’ en sus esfuerzos por derrotar esta ley, dijo la representante demócrata Louise Slaughter, en una clara referencia a las acusaciones republicanas, como la alegación de que se crearían comisiones para declarar la muerte de pacientes ancianos.

Los republicanos se opusieron a la medida por considerar que el gobierno toma el control de la salud pública, algo que reduciría los servicios del Medicare y aumentaría los impuestos en casi $1 billón. El representante republicano David Dreier criticó a los demócratas por sus tácticas en el pleno de la Cámara, pero dijo “que la mayor vergüenza ha sido el proyecto de ley mismo’.

Una y otra vez los demócratas hicieron énfasis en la naturaleza histórica del día. La medida representa la mayor ampliación de la red de bienestar social desde que el Medicare y el Medicaid se establecieron en 1965 durante la presidencia de Lyndon B. Johnson para ofrecer cobertura médica del gobierno a los ancianos y los pobres.

“La salud pública no es sólo un derecho civil, es un asunto moral’, dijo el representante demócrata Patrick Kennedy, quien agregó que su padre, el fallecido senador Edward M. Kennedy, había trabajado toda su vida por lograr un servicio nacional de salud pública, como hizo también el presidente John F. Kennedy.

Slaughter leyó un mensaje que el presidente Franklin Roosevelt envió al Congreso en 1939 exhortando a los legisladores a buscar solución a las necesidades de los que no tenían servicios médicos, y dijo que el demócrata Harry Truman y el republicano Richard Nixon también trataron de ampliar la cobertura de los servicios médicos.

Obama ha dicho con frecuencia que presidentes de ambos partidos han tratado infructuosamente de implementar la cobertura médica universal, comenzando con Theodore Roosevelt a principios del siglo XX.

La batalla de Obama por triunfar donde otros han fracasado pareció estar destinada al fracaso hace sólo dos meses, cuando los republicanos ganaron una elección especial para llenar la vacante que dejó Edward Kennedy en el Senado, y con ello tener los votos suficientes para evitar una votación final.

Pero la Casa Blanca, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, y el presidente de la mayoría en el Senado, Harry Reid, pronto presentaron un plan de rescate que exigía que la Cámara aprobara la medida refrendada por el Senado a pesar de la oposición a muchas de sus cláusulas, para que entonces ambas cámaras aprobaran una medida que incorporara numerosos cambios.

Según la orden del día, fijada por los demócratas, la Cámara votó primero sobre la medida del Senado y la enviaría a Obama para que la firme. A esto siguió la votación definitiva sobre el proyecto de ley de medidas adicionales. Su aprobación supondría un enfrentamiento en el Senado, donde Reid dice que tiene por lo menos 50 votos para aprobarlo por el procedimiento expedito llamado reconciliación.

Según el proyecto de ley, la mayoría de los estadounidenses estarían obligados a comprar un seguro médico y serían penalizados si no lo hacen. Buena parte de los fondos de la ley se dedicaría a subsidios para las familias con ingresos menores de $88,000 al año para que puedan pagar las primas.

El proyecto de ley significaría una ampliación sustancial del Medicaid, el programa federal/estatal de servicios médicos para los pobres.

El sector de los seguros médicos quedaría bajo nuevas normas federales y no podría imponer límites máximos de gastos durante la vida de la póliza, desde negar cobertura a personas que ya sufren de ciertas enfermedades hasta cancelar la póliza cuando el beneficiario se enferma.

Los padres podrían mantener en su cobertura a los hijos hasta los 26 años. Un nuevo plan de pacientes de alto riesgo ofrecería cobertura a personas sin seguro con problemas médicos hasta el 2014, cuando la cobertura ampliada entra de lleno en vigor.

Una vez aprobados, los dos proyectos de ley crearán las llamadas “bolsas de seguros’ a partir del 2014, cuando las personas que trabajan por cuenta propia y los pequeños negocios podrán unirse para adquirir cobertura médica.

Para financiar estos cambios, el proyecto ley contempla más de $400,000 millones en impuestos adicionales a lo largo de una década, aproximadamente la mitad generado por un nuevo impuesto de nómina al Medicare para las personas con ingresos superiores a $200,000 al año y matrimonios con más de $250,000.

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