Maremágnum/Mario Vargas Suárez *Gorditos por ¿decreto?

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El problema de sobrepeso y la obesidad son, más problemas de fondo que de escuela, decreto o discurso demagógico.

La cultura de la alimentación por años ha sido brazo flaco de la educación familiar, y aunque las ciencias naturales de la vieja escuela mexicana enseñaron cuadros nutricionales, poco o nulo caso se hizo.

Ahora, cierta gente habla muy mal de la escuela mexicana como causante del sobrepeso, como si fueran los planteles escolares los responsables.

Me parece que es la familia el origen de este mal social.

Sin salir del tema, le comento que hace algunos años publiqué algo sobre las “alturas fantasiosas” a las que se remontan algunos funcionarios.

La motivación de mi escrito fue por el cambio radical de una muy buena amiga –en sus tiempos- al ser nombrada subsecretaria de una importante área y mire usted que perdió los estribos, el piso y lo que quiera. Creyó que su palabra era “ley divina” y sus errores… humanos.

Es mal de una gran mayoría de funcionarios que, porque han llegado a ciertos niveles de gobierno municipal, estatal o federal e inclusive al poder legislativo, pierden todo, hasta amigos sinceros.

Pocos son los funcionarios escapan de caer en la tentadora adulación.

Tanto lo creen en el Senado de la República, que se ha anunciado un “Decreto” mediante el cual las escuelas del país deberán ofertar alimentos nutritivos.

Inicialmente la escuela no es para comer. Acepto que hay instituciones como los internados o con el sistema continuo de clases donde los estudiantes comen dentro del plantel, son los menos.

Los Senadores de la república –senadores de senectud, viejos sabios- parece que creen que con decretarlo… ¡Ya!, terminaron con el sobrepeso y obesidad de los escolares mexicanos.

Que pena, porque por lo menos los dos últimos presidentes de la comisión de educación en el H. Congreso Local, Gudiño Cardiel y Magdalena (PAN) Peraza declararon siempre lo mismo.

El buen tino del Felipe Garza Narváez, ha dicho que el proyecto de alimentos en los centros escolares, se encuentra en estudio, contradiciendo las promesas de los legisladores citados.

De verdad ¿Suponen los legisladores que con un documento –por más alto cargo que ocupen- firmado, el sobrepeso y la gordura se acaban o por lo menos la gente dejará de comer harinas, grasas y azúcares en cantidades enormes?

Es para sentir pena ajena. No por lo que dicen, sino por lo que ellos mismos se creen y además son representantes populares.

Otro, el de Salud, José Ángel Córdoba declaró quitar tiempo de recreo para que los niños no compren golosinas y comida chatarra; también sugirió aumentar las horas del deporte y la Educación Física.

Hombre, me quedo anonadado en estas vacaciones con tan “importantes” declaraciones.

Assad Montelongo es de los pocos en declarar que los niños no pasan demasiado tiempo en la escuela como para culparla de ser la causante del sobrepeso y la obesidad.

Ya si por el rumbo de declaraciones absurdas se trata. En la SET no faltó el coordinador de programa que ha girado “…instrucciones a los directores de los planteles para que organicen roles de guardias de maestros para la vigilancia de las escuelas…”

¿Qué nos pasa? Dijo mi primo Alejandro Suárez. No solo absurda es la indicación, porque las funciones del los maestros son distintas a las de vigilancia y custodia de los edificios.

La SET ha recibido sugerencias para idear la figura del Conserje Escolar donde se propone que una persona viva dentro del plantel y para el efecto se le construya una vivienda digna, sin que le cueste el agua, luz, drenaje o renta.

La SEP en México y la misma Sria de Hacienda acepta estos cargos e incluso el mismo SNTE les protege como cualquier trabajador de la educación.

Se propuso que las viviendas de los conserjes escolares no las financiara la SET, sino organizaciones, clubes de servicio, etc.

Otra de las cosas es que por los servicios de conserjería, el empleado recibiría una “prima dominical” y otra adicional por “vacaciones”.

Los candidatos idóneos a estos cargos son los empleados de aseo y limpieza o de apoyo a la docencia que trabajarían su plaza en el mismo plantel, en el turno que se les asigne.

Finalmente, Geño, Assad y el mismo Arnulfo se ha significado como buenos amigos de los maestros, pero ni uno de ésos son Dios o tienen línea directa con él.

Ahí están dos propuestas señores candidatos, del partido que me diga.

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