Desde que tenemos memoria, los empresarios hoteleros de la localidad han sido constantes en sus demandas de atención y promoción: siempre se han quejado de que trabajan con pérdidas, que la actividad ya no es lucrativa y que es difícil subsistir. Recordamos estas declaraciones allá por el año de 1980, y es fecha en que los mismos empresarios existen, subsisten, y no solamente eso, sino que han incrementado su patrimonio.
Victoria hace tres décadas contaba con un buen número de hoteles; recordamos que en la plaza Hidalgo existían tres de “buen tamaño”, siendo de diferente calidad, es decir, había el de los que gustaban de invertir poco en su descanso inclusive sacrificando el indispensable aire acondicionado, así como los que gastaban un poquitín más, y los que por lo general venían patrocinados, ya sea por alguna institución oficial o privada, como alguna académica.
Los informes de los rectores en la Universidad Autónoma de Tamaulipas significaban hotel lleno, así como una serie de eventos que no faltaban.
Hoy en día, sigue la misma tónica: quejas contra eventos, y cuando hay temporadas que no son muy alentadoras, entonces venían las declaraciones del eterno dirigente hotelero: “no hay capacidad para enfrentar esta crisis, trabajamos en números rojos, no podemos mantenernos”.
Sin embargo, estos empresarios tenían uno o dos hoteles; hoy tienen cuatro o cinco, es decir, han accedido a los generosos programas oficiales de créditos para crecer, y también han accedido a las franquicias internacionales que están abarrotando la nación y se apoderan de todos los hoteles. De esta forma, en Victoria tenemos Holiday Inn, Hampton Inn, Ramada Inn y todas esas cadenas que estábamos acostumbrados a ver únicamente en el extranjero o las ciudades realmente grandes como el Distrito Federal, Monterrey o Guadalajara.
Hoy, la mayoría de los hoteleros están “afiliados” a esas cadenas que nos permiten, por una parte, tener acceso a hoteles de calidad, dado que las mismas se preocupan por ofrecer estándares de calidad suficientes como para garantizar una estadía confortable, y por otra parte, a los hoteleros, seguramente les representará un ingreso seguro, promoción y demás, independientemente del impuesto que se cobra por promoción turística que invierten en forma prácticamente unilateral para algunos cuantos, y que significa promoción gratis, pagada por los inquilinos.
Están acostumbrados los empresarios hoteleros a exigir al gobierno que les de promoción turística y demás, es decir, invierten en su hotel y quieren que la autoridad les lleve clientes, les pague y demás. No sucede lo mismo con otros empresarios en el país, quienes realmente hacen su lucha propia.
Hace unos cuantos días, don Antonio Carcur volvió a quejarse de la situación y más porque en Semana Santa la capital de Tamaulipas prácticamente se queda sola, porque geográficamente no tenemos los atractivos turísticos que, por ejemplo, Tampico o Matamoros, que Reynosa o la región de El Cielo, por citar solamente algunas.
Dice don Antonio que habrá crisis, que porque la mayoría de sus clientes son gente que viene a alguna dependencia a atender asuntos, y se olvidó mencionar también que el gobierno mismo paga millones de pesos en hospedaje cuando se decide a fomentar deporte, cultura y demás, trayendo a la ciudad eventos de todo tipo que implican ocupación de camas en forma indistinta.
Igual vienen los juegos del CBTIS o de las Normales que de Bachilleres, o un evento universitario al mismo tiempo que el encuentro de titulares de turismo, ganadería u otro rubro, es decir, el gobierno tiene una participación muy importante en las cuentas bancarias de TODOS los hoteleros victorenses.
Y en esos tiempos, nadie se acuerda de “papá gobierno”. Nadie dice nada porque se fomenta la ocupación, y cuando vienen las vacaciones, como la Semana Santa, y que la mayoría de la gente sale a destinos playeros o de plano, no nos visitan porque a fuerza de ser sinceros, Victoria es una ciudad maravillosa pero con poco atractivo turístico, es cuando los dueños de hoteles se quejan del gobierno.
Sería interesante que, cuando las autoridades traen eventos regionales, estatales o nacionales, los señores que ganan con el hospedaje participaran con algún porcentaje de ganancias para el gobierno, en reciprocidad, para poder exigir entonces, cuando hay baja ocupación, que se hagan más cosas por fomentar la visita a nuestra localidad.
La actividad turística es noble: mucha pero mucha gente gana dinero con ella: prestadores de servicios, hoteleros, restauranteros, vendedores de recuerdos, abarroteros, médicos y demás. Todos ganan, entonces, sería muy interesante que todas esas personas hicieran lo posible por no matar a la gallina de los huevos de oro y pusieran de su parte para promocionar a nuestra ciudad.
Ya que todos ganamos, pues todos promovamos, todos fomentemos y todos cuidemos el destino turístico, para que, guardadas las proporciones, todos nos beneficiemos.
En Tampico, por ejemplo, todos ganan, pero todos fomentan y participan. Podríamos decirles que nos digan como hacerlo para imitar lo bueno.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!