Entre Nos

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Por Carlos Santamaría Ochoa.

¿Encuestas “patito”?

En la víspera de las elecciones de julio próximo, el Instituto Electoral de Tamaulipas ha determinado cuáles serán las directrices que se tengan que observar en torno a las encuestas que se presentan a la opinión pública y que, muchos lo sabemos, en su gran mayoría son parte de una estrategia publicitaria muy vistosa… pero poco honesta.
Algunos candidatos “mandan a hacer” encuestas en donde, curiosamente, siempre salen arriba por márgenes impresionantes. A veces, también, hay que decirlo, los sueños de algunos coinciden con la opinión de la gente.

En el caso de las encuestas electorales, siempre hemos sido escépticos, dado que la Nación garantiza la privacidad del voto, y nadie sabe por quién votó usted o cualquiera, de forma tal que, podría “comprometer” a sangre y fuego su voto por un candidato o partido, y a la hora de la verdad, cruzar otro nombre, sin que pase nada, salvo una “cruda moral” por haber engañado a quien nos convenció o compró el voto, según sea el caso.

Para tratar de no manejar información equivocada, el IETAM recomienda algunos puntos que deben manejarse tal y como está dispuesto en la ley correspondiente: dice que quien solicite u ordene la publicación de cualquier encuesta o sondeo de opinión sobre asuntos electorales, que se realice desde el inicio de las campañas hasta el cierre oficial de las casillas el día de la elección, deberá entregar copia del estudio completo al presidente del Consejo General si la encuesta o sondeo se difunde por cualquier medio, según el artículo 230, párrafo primero del Código electoral en funciones.

Recuerda que ocho días antes de la elección está prohibido publicar o difundir los resultados de encuestas realizadas, y afirma también que el IETAM, es decir, su Consejo General, emitirán los lineamientos básicos de carácter técnico metodológico que deben satisfacer las personas físicas y morales que realicen encuestas o sondeos de intención del voto o preferencia electoral.

Ya están aprobados los lineamientos al respecto, y bueno, habrá que seguirlos muy atentamente, y asegurarse de que los encuestadores traigan identificación que sean claros, que estén acreditados ante el IETAM y otras cosas más, a fin de procurar que sea una encuesta seria, y que no se preste al engaño.

Decimos esto último porque hay candidatos que manejan trabajos realizados aparentemente, y dicen que van arriba y demás, y en ciertos círculos sociales impacta el hecho de saberse arriba o debajo de las preferencias, es decir, se engaña “un poco” a los virtuales votantes con tal de tener su voto.

Para las encuestas de salida, deben anunciarse y avisar al IETAM antes del 14 de junio, y para ello, habrá que presentar los requisitos que la ley obliga.
Algo que llama la atención es el hecho de que mucha gente se dedica a vender estos productos, y decimos que a veces como mercancía, porque se ofrecen a los candidatos y al mejor pagador, es decir, se prostituye la actividad que realizan.

Y bueno, hay una encuesta que no tiene que supeditarse a este acuerdo recientemente tomado: la encuesta de la ciudadanía, que se lleva a cabo el día de la elección, y donde cada uno de los que asistimos manifestamos nuestra preferencia sin problema, sin estar limitados o vigilados, y en la forma que la ley lo permite, para así, quien obtenga la mayoría de votos, se convierta en el gobernante sujeto a la elección, sea de diputados, alcaldes o gobernador.
Podemos decir que es una forma, lo que hace el IETAM, de garantizar que la ciudadanía tenga la información oportuna y veraz, que no se caiga en esas viejas prácticas muy socorridas por esos candidatos que no tienen fuerza y pretenden engañar a otros argumentando que sí son conocidos.

En la entidad, muchas veces han hecho uso de esa estrategia sin éxito: siempre pierden, porque la gente no les apoya o porque, simplemente, no obtuvieron la mayoría de preferencias electorales.
Una experiencia preelectoral para periódicos de la localidad nos dio un resultado determinado que fue cuestionado, inclusive por el candidato que resultaba favorecido: se trataba de Antonio Martínez Torres. En aquel entonces, don Lupe Díaz (qepd) cuestionó el resultado, ya que había una preferencia abrumadora para Toño; nos defendimos, obvio, porque personalmente hicimos cada uno de los más de mil cuestionamientos con cinco preguntas muy sencillas.

Toño decía: “compadre, ¿en serio es el resultado o le pusiste de más? Claro que nos defendimos porque personalmente hicimos el trabajo en distintos puntos estratégicos de la ciudad. El resultado fue claro y la elección la ganó Toño Martínez Torres, para diputado local.
Este tipo de trabajos lo realizan asesores de los candidatos para “semblantear”, medir las preferencias y saber si aún siguen en donde debieran para aspirar al triunfo, o si van mal, qué hacer para tratar de enderezar la nave.

Es un instrumento muy útil cuando se maneja con honestidad, y cuando los encuestadores toman en serio su papel y no hacen trampas, lo que permite conocer la realidad de alguna temática en particular, y saber qué se debe corregir, reforzar o continuar, así de claro.
Qué bueno que se regulen, ojalá no nos invadan con esas encuestas patito, llenas de mentiras, y que las existentes nos ilustren con honestidad.
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