– Lo sepultan en el Panteón Jardín.
Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- En un acto que nunca antes se había visto en Nuevo Laredo, ayer, justo a las 13:30 horas llego al Centro Cívico que lleva su nombre, el cuerpo ya inerte de Carlos Canto Rosas, para cumplir así con su última cita con el pueblo al que tanto quiso.
Flanqueado en ambos lados por motociclistas que accionaron sus sirenas a manera de despedida de quien fue el político más querido de Nuevo Laredo, la calle Héroe de Nacataz fue insuficiente para contener la avalancha de autos y de gente que querían ver por vez ultima al querido ‘chale boy’.
Una valla de honor compuesta por jóvenes estudiantes se formo desde el auto fúnebre hasta la puerta de acceso al recinto donde sus restos fueron homenajeados.
De una camioneta que estaciono detrás de la ‘carroza’, bajaron su inseparable esposa Claudette y su único hijo varón, Carlos, quien le sigue los pasos a su padre en el difícil camino de la política.
Sus amigos y familiares fueron quienes sostuvieron el féretro de fina madera en color caoba, y lo colocaron en el centro del Recinto que lleva su nombre.
De manera respetuosa se formaron infinidad de guardias en su honor.
El corto camino fue flanqueado por decenas de coronas de flores, por lo que el espacio fue insuficiente para tantas muestras de afecto.
Ya adentro, el cuerpo del político fue colocado en medio del recinto y detrás de una fotografía suya que se mostraba sonriente y lleno de vida, como en sus mejores tiempos.
Al fondo se proyectaban las imágenes de una de sus obras más importantes para la ciudad; el centro cívico que ahora lleva su nombre.
Poco fue el llanto, tal vez porque en vez de amargura floreció el orgullo, y en vez del dolor apareció el recuerdo de tantas cosas que hizo en beneficio de Nuevo Laredo, no solo cuando fue el único alcalde de oposición en la década de los años 70, sino durante los 35 años posteriores, hasta que la muerte lo sorprendió.
El silencio de respeto fue comparsa al inicio, de la canción ‘Vive’ del cantante Napoleón, que interpreto de manera magistral en un solo de violín, el músico Enrique Medina.
Como si fuera un llamado, la banda municipal entono ‘A mi Manera’, y le siguieron ‘Amor Eterno’, ‘A Tiempo’ y otras que transformaron las lagrimas contenidas de amigos y familiares, en agradables recuerdos.
Mario Alberto Pool, amigo inseparable del ‘Chale’, dijo que Carlos Cantú Rosas fue un amigo integro, Leal y valiente, porque nunca eludió ninguna responsabilidad, “y Carlos siempre supo ser amigo de todos y jamás traicionó a esa palabra, porque fue un amigo de los pies a la cabeza”.
A su lado estaban tristes pero conformes con la prolífica vida de su padre, la querida esposa Claudette, sus hijos Carlos, Carmen y Cintia.
“Fue una gran persona, y como hijos lo quisimos y lo adoramos al máximo. Como político
Fue una persona maravillosa y entregada a su pueblo. Fue un amante de las mejores causas de este país”, así se expreso Carlos Cantú hijo de su padre.
Poco después de las 4 de la tarde, el cuerpo del político salió del centro Cívico para ser trasladado a la catedral del Espíritu Santo, en donde a las 5 de la tarde se oficio una misa.
Una hora después el cuerpo fue trasladado al panteón Jardín e los Ángeles, en donde seria sepultado.
