Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *La “oposición”

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No cabe duda que a veces no entendemos cual es el rol que debemos jugar, sea dentro de la administración pública, en alguna institución educativa o en el ámbito social y personal.
Y es que tenemos que entender la función; hay en muchas instancias manuales operativos e instructivos para que la gente sepa lo que debe hacer y las maneras en que se lleve a cabo.
Recordamos, allá por los ochentas, cuando el Partido Acción Nacional era dirigido por un “grupillo” cerrado en el que se encontraban, si mal no recordamos, Leonor Sarre de Guerrero, Juan Guerrero Zorrilla, Lidia Madero de Martínez y otros más. En aquel tiempo, Gustavo Cárdenas era un militante priísta, contento con los privilegios obtenidos por el régimen y además, aspirante a cargos de elección popular, tal y como sucedía en muchos ámbitos. Eran otros tiempos.
Los diputados del PAN en el Congreso del Estado eran Francisco García Lozano y Jorge Ángel Camargo Torres, quienes tenían realmente una preparación política fuerte, técnica, y se enojaban cuando perdían un debate, aplastados por la mayoría del PRI, aunque a veces no querían entender que en la democracia ganan las mayorías, y muchas veces no siempre éstas tienen la razón.
El caso es que tanto García Lozano como Camargo Torres se preparaban intensamente para el debate. En los partidos de izquierda se encontraba Elpidio Tovar De la Cruz y Pedro Etienne, quienes luego fueron superados por los grupos que hoy tomaron por asalto al PRD y se encuentran dispuestos a no dejar pasar esta oportunidad de hacerse de un salario decoroso a cambio de simular protestas contra el gobierno, ya que, históricamente, la oposición que hemos tenido ha estado ligada con algunos tratos poco claros, y eso lo dice la gente, aunque nadie lo ha comprobado fehacientemente de forma tal que exhiban los cheques que se dice, reciben por tener tranquilidad.
El caso de hoy es distinto: en el Congreso local hay dos mujeres que realmente han tomado una postura intransigente, producto, definitivamente, de una falta de preparación y ubicación. En primer lugar, la señorita Chavira del PRD que no ha sabido entender cuál es el papel de un diputado, y busca exhibirse en una tribuna que fue creada para otras cosas, procurando en cada intervención descalificar todo cuanto se mueva y que provenga del gobierno de Tamaulipas y del país, dado que, como perredista no forma parte de éstos.
La otra dama, de quien se suponía que su experiencia le llevaría a tener un mejor papel, sus mismos afiliados se han desilusionado. Leonor Sarre Navarro, con muchos años dentro de las filas blanquiazules, ha dado muestras de la carencia de cultura política, y ahora inclusive, aprovechó la columna para debatir por un teléfono Blackberry cuando en el estado hay otras cosas importantes.
Desconocemos qué comisiones conforma, pero sí sabemos lo que ha hecho ahí: nada, absolutamente nada, y pelear con todo lo que pueda semejar una relación con el partido que gobierna la entidad.
La vieja estrategia panista de rechazar lo que viene del PRI sea bueno, regular o malo, es pauta del comportamiento de la señora Sarre de Guerrero, quien también procura hacer pública su opinión acerca de los legisladores de otros institutos políticos, llegando a la expresión típica de los ignorantes: el insulto.
Cuando una persona es rebasada en cultura o conocimiento, es común ver que recurre a insultar o a golpear, y eso lo vemos en pleitos de casa, calle y cantina.
No hablamos de la forma de expresión de la legisladora Sarre de Guerrero, porque hay quien dice que no es propio de una dama. Haciendo énfasis en lo que se llama “equidad de género”, diremos que cualquier expresión, de hombre o mujer, debe ser dentro del marco del respeto hacia los demás, sin que lo anterior quiera decir que tenemos que aceptar que un ignorante pase por listo, o que un patán pueda ser una persona con educación por el solo hecho de respetarle.
No. El patán, patán será, y quien no se sabe conducir, será una mala persona en su actuación, sea funcionario o legislador.
Cuando Cabeza de Vaca dejó la coordinación panista, la gente pensó que se mejoraría, pero cuál ha sido la sorpresa al darse cuenta que las actuaciones, lenguaje y demás son quizá con menor calidad, y completamente fuera del contexto que merece un sitio como el pleno parlamentario.
¿Qué se puede esperar de gente que se conduce así? Habría que imaginar lo que pasaría si llegasen a gobernarnos: sucedería lo que hacen algunos funcionarios federales, que no apoyan y sí critican lo que se hace por parte del gobierno estatal o municipal, que no son capaces de poner su grano de arena para mejorar las cosas.
Que se ufanan porque nos vaya mal. Son esos, los malos políticos los que hacen que proliferen las malas noticias, los que esconden lo bueno y gritan las deficiencias.
No construyen, solamente destruyen.
Finalmente, para eso pusieron ahí a la señora Sarre de Guerrero: para ofender, criticar, para insultar: para todo, menos para legislar.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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