Reporte Índigo
Como si fuera uno de esos “latin millionaire” de la revista Hola que viaja por el mundo sin más preocupación que tener buena compañía en la siguiente parada, Manuel Bribiesca Sahagún se exhibe en Facebook.
El hijo mayor de la ex primera dama Marta Sahagún presume en la Red la “dolce vita” de la que ahora goza, indiferente al escándalo de corrupción que lo persiguió durante los últimos tres años del sexenio de Vicente Fox.
Tres comisiones especiales de investigación de la Cámara de Diputados que concluyeron en una denuncia penal en su contra por presunto tráfico de influencias y un quebranto a la nación de por lo menos 134 millones de pesos, no hicieron mella ni en el pudor ni en el bolsillo del junior presidencial.
De acuerdo a lo que el propio Manuel exhibe en su página de Facebook, quedaron muy atrás los años en que personalmente pepenaba plástico en los basureros públicos de Celaya, como me lo narró su padre Manuel Bribiesca Godoy en una entrevista en 2005, a propósito de la súbita riqueza de su hijo.
“Manuel metía las manos en la mierda para recoger el plástico y luego reciclarlo”, dijo Bribiesca Godoy el día que lo entrevisté en su veterinaria de Celaya para el libro “La Familia Presidencial”. Así explicaba las actividades de su hijo cuando empezó el sexenio y trabajaba en la pequeña fábrica de PVC Poliductos de Tamayo.
“Pend… si no suben. Si mis hijos no aprovechan las relaciones que tienen ahora por ser quienes son, serían pendejos. Son parte de la familia presidencial. ¿Quién les va a decir que no?, ¿ustedes creen que ellos pensaron que iban a estar donde están? Todo mundo quiere quedar bien con ellos, y tienen que aprovecharlo”, dijo con absoluta convicción.
Su hijo siguió el consejo. Sus negocios y su tráfico de influencias fueron leyenda pública el sexenio pasado.
“Se habla de los hijos de Marta igual que se hablaba de Raúl, hermano de Carlos Salinas de Gortari. El ambiente es el mismo”, llegó a comentar públicamente la entonces diputada federal del PAN Tatiana Clouthier.
Hoy, Raúl Salinas de Gortari está libre y disfruta de su fortuna. El primogénito de Marta Sahagún también.
La pepena quedó atrás. Acompañado de su nueva esposa, Ivonne Vázquez Mellado Alejandre, una joven de Irapuato de condición económica muy moderada, ahora Manuel Bribiesca Sahagún tiene como actividad principal el ocio.
Un día están viajando en camello en los alrededores de las pirámides de Egipto, y al poco tiempo se les ve en las imponentes cascadas de Iguazú, en Perú; en las calles de Washington, DC, o en Argentina.
También gusta de las nevadas montañas de Whistler, British Columbia, en Canadá, y las de Beaver Creek, Colorado, en EU.
De todo esto, Manuel Bribiesca Sahagún y su esposa han dejado fehaciente constancia a través de las crónicas fotográficas que hacen para sus amigos a través de su página de Facebook, que está abierta al escrutinio público.
Reventó en cólera
“Lo que debería hacer es no andar enseñando mentiras, lo que se debe hacer aquí es averiguar las cosas de manera directa… ¡Demuestra lo que estás diciendo, y si no, retráctate! A ver, a ver, yo tengo muchas propiedades, ¿tú no tienes propiedades?”, preguntó Fox.
“Si no compruebas lo que dices, eres un mentiroso, un calumniador…”, dijo Fox al periodista, y dio por terminada la entrevista.
El show de Fox
Pues a Manuel Bribiesca Sahagún, eso ya no le importa. A través de Facebook, que se ha convertido en una ventana para observar la vida de otros, muestra las fotografías de noviembre de 2009, cuando festejó a lo grande su cumpleaños número 38, justamente en el rancho La Estancia.
La fiesta se llevó a cabo en la inmensa palapa construida en la propiedad ahora rodeada de jardines. Incluso, a través de Internet invitaba a sus amigos a quedarse a dormir en su casa de La Estancia. Porque tiene una de su propiedad, además de la de Fox y la de su madre.
Ahí estuvieron sus fieles amigos y socios, los mismos que durante el gobierno de Fox se dieron la gran vida a costa del erario haciendo fiestas y reuniones en las casas presidenciales en San Miguel de Allende, Acapulco, Cancún y Cozumel.
Uno de los asistentes a esas reuniones me comentó en 2006 que el primogénito de Marta Sahagún decía que si había quienes pedían llenar la alberca de champaña, ellos podían hacer lo que quisieran.
En la fiesta de cumpleaños de “Mane”, como lo llama cariñosamente su nueva esposa, estuvieron dos de los asiduos concurrentes a las fiestas presidenciales: Christian Stoever y Miguel Khoury Siman.
Aún retumban en el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) los comentarios sobre la prepotencia con la que el primogénito de la entonces primera dama llegó a exigir que le vendieran bienes en liquidación a precios preferenciales.
Con su amigo Miguel Khoury constituyó las empresas Construcciones Prácticas, Urbanizaciones Inteligentes, Grupo Inmobiliario Kilate y Super Bloks. Se hicieron ricos construyendo casas de interés social de pésima calidad, comprando al Gobierno Federal, a precios inferiores a los de remate, terrenos y casas que luego revendieron, y asociándose con la inmobiliaria SARE Bienes Raíces.
La demanda penal interpuesta por la comisión especial de la Cámara de Diputados fue presentada contra ambos.
Pero Manuel Bribiesca Sahagún y Miguel Khoury, los dos alegres compadres, hoy departen y comparten la fortuna ganada el sexenio pasado en total impunidad.
Khoury es dueño de una clínica de maternidad llamada Médica Avanzada Celaya, que cuenta con el equipo más moderno, y sigue siendo muy cercano a Manuel Bribiesca Sahagún.
“Compadre, primero felicidades por el tornillito, no lo habíamos puesto en fb, me voy a quedar en tu depa seis meses, no te importa? Aquí sí me tratan como me gusta” (sic), escribió Miguel Khoury el 31 de marzo pasado.
El “tornillito” es el bebé que viene en camino de la pareja Bribiesca-Vázquez Mellado. ¿Y el departamento? Quién sabe a cuál de todas las propiedades de los Bribiesca Sahagún se refiere. Si al lujoso departamento en Houston o a cualquier otro de los que se le atribuyen en Puerto Vallarta, Miami y Cancún.
Como prueba del pasado ya muy lejano de los Bribiesca Sahagún, quedan las fotos de aquellos años cuando Manuelito tenía que viajar en avión comercial, cuando su madre Marta Sahagún aún no era la primera dama vestida de Chanel y Valentino, sino la simple esposa del veterinario con ropa made in Celaya.
Así es la “justicia” en México. Y las postales de impunidad de Manuel Bribiesca Sahagún la retratan muy bien.