CHICAGO (AP) – Pese al mito popular, el gato Charles seguramente sólo tiene una vida, que probablemente se la jugó al deambular más de 2.000 kilómetros (1.300 millas) desde su residencia en Nuevo México a Chicago, donde fue recogido como animal abandonado y sin dueño.
A Charles le perdonaron la vida en el Centro para el Control y Cuidado de los Animales de Chicago al serle encontrado un microchip entre las paletillas que permitió a los funcionarios municipales ponerse en contacto con su dueña, Robin Alex, de Albuquerque.
Alex se emocionó de la alegría al saber que Charles fue encontrado aunque no podía costearse el boleto aéreo de ida y vuelta a Chicago para recoger al felino y temió que pudiera ser destruido.
Empero, otra residente de Albuquerque, Lucien Sims solucionó la situación. Se disponía a viajar a Chicago el jueves para asistir a una boda y prometió acudir al centro municipal, recoger a Charles y traerlo de regreso a Nuevo México.
