


Muerto me ha dejado esta noticia. La mayoría de canales televisivos norteamericanos han prohibido un anuncio de tampones porque en él se pronunciaba la palabra ‘vagina’. La marca ha reaccionado suprimiendo la palabrita de marras por un casto ‘ahí abajo’ y aún así hay dos canales que siguen empeñados en no emitirlo. Y eso que es para hablar de la regla, un fenómeno fisiológico absolutamente involuntario y natural, imposible de asociar con ninguna actitud sexual o procaz. Sí, estamos aviados. Todavía.
Me imagino la cara de muchos norteamericanos si un buen día aparecieran en sus pantallas o en las páginas de revistas o periódicos anuncios como los que ilustran este ‘post’. Se trata de anuncios reales recopilados por un ‘bloggero’ francés que se ha dedicado a reunir los ejemplos más tórridos y sensuales del mundo de la publicidad.
Durante años, el sexo en la publicidad se mostró de manera subliminal. Violentas y espumosas eyaculaciones de botellas de cava o modelos en pleno éxtasis felador introduciéndose en la boca un helado son un verdadero clásico del género. Está comprobado que las personas solemos responder positivamente ante cualquier estímulo erótico. Incluso aquellos que se escandalizan o se tiran de los pelos. El sexo, subliminal o más la brava, siempre ha vendido, como bien saben muchas empresas que no han dudado en utilizar imágenes de contenido o inspiración sexual para vender sus productos. A veces, la polémica suscitada por ciertas campañas ha comportado la retirada o supresión de algún anuncio, sin embargo, lejos de ver lesionada su imagen, dichas empresas han aumentado sus ventas.
En los últimos años el sexo en la publicidad ha ido en aumento. Tanto que, según muchos publicistas, se está consiguiendo el efecto contrario al deseado. Por lo visto, está empezando a aburrir. En la actualidad estamos tan acostumbrados a recibir estímulos sexuales visuales que los anunciantes ya no consiguen llamarnos la atención con la misma efectividad que antaño, por mucha desnudez o actitud provocadora que tengan sus protagonistas.
A pesar de lo dicho, y aunque parezca que ya estamos curados de espantos, las imágenes sexuales siguen siendo motivo de controversia. Como bien saben en todas las centralitas de los diferentes canales de televisión, uno puede mostrar en un telediario, sin ningún problema, imágenes de una ejecución en Irán o de un terrorista suicida saltando por los aires en un mercado de Bagdad. Sin embargo, como se te ocurra enseñar unos pechos (lo de unos genitales masculinos es impensable, vamos, penalti y expulsión) se arma la marimorena. Además, una cosa es presenciar una imagen de carácter sexual durante un informativo, avisando, y otra es que te cuelen un desnudo de repente… Así es como sigue pensando mucha gente. ¿A que sí?