Hugo Reyna/EnLíneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.- Más que reformar leyes y plantear medidas radicales para inhibir el fenómeno social de la emigración, conveniente y prioritario sería establecer mecanismos de cooperación bilateral que permitan que haya alternativas de mejor vida para quienes se ven obligados a abandonar sus lugares de origen para perseguir un sueño que en muchos representa una pesadilla.
Lo anterior fue expuesto por el párroco Hilario Noyola del Pozo, quien administra el Albergue de Guadalupe en Reynosa que atiende a los cientos de deportados que cada semana son entregados en esta frontera por las autoridades migratorias de EUA.
Noyola del Pozo lamentó que se insista en “satanizar” la emigración y procurar paliativos en un problema sin opciones y que obliga al abandono de miles para irse al vecino país en busca de mejores oportunidades.
“Si las familias emigran y vienen a la frontera es por que en sus lugares de origen no encuentran acceso a las oportunidades de empleo y desarrollo que necesitan, de lo contrario téngalo por seguro que no emigraría, pero a falta de esas oportunidades tiene que salir a buscarlas en donde haya”, dijo.
Evocó que hace unos pocos años era común que el padre o la madre o ambos cruzaban la frontera para aspirar a mejores oportunidades, peor ahora son familias enteras las que huyen en busca del “sueño americano”.
Síntoma inequívoco- añade- de que las autoridades de gobierno de los niveles diversos en México no han propiciado las condiciones que arraiguen a esas familias en sus lugares de origen.
