-Elegir la carrera adecuada
-Inteligencia emocional, diferencia
-Universidad pública o privada
El próximo mes de junio, como cada año, maca el final del ciclo escolar, viene el tiempo de graduaciones, las despedidas para unos o los exámenes de admisión para otros.
Quienes peor lo llevan son los jóvenes que deben decidir la rama del bachillerato o carretera universitaria por la que van a optar, si se inclinan más por el lado de las ciencias sociales o naturales, o como huir incluso de las matemáticas eligiendo derecho.
Igual es complicado decidirse por una instrucción técnica o universitaria. Muchas son las dudas, largo el camino de la incertidumbre sobre de la elección de una carrera profesional ¿será la correcta?
Puede hasta temblar la mano al escribir la primera opción aunque es el principio de la tortura porque más abajo en la misma hoja deberán anotarse hasta tres más en caso de que la primera esté saturada.
No me equivoco al señalar que un buen número de estudiantes tiene fallos en su elección, pese a los cursos de orientación vocacional y los tests aplicados para no dudar.
Algunos dejarán el bachillerato en el primer año y los que se equivocaron en la universidad no pasarán tampoco del segundo semestre. El reto es regresarlos a las aulas porque muchos dejarán de estudiar prefiriendo un trabajo.
La metamorfosis del mercado laboral actual, su redimensionamiento aunado a la vorágine de cambios derivados de los avances científicos y tecnológicos, más los desafíos globales están demandando un nuevo perfil de egresado técnico y universitario.
Por un lado, sabemos que el mundo de la formación teórico-académica prepara para la cotidianeidad pero la práctica diaria es la gran formadora, la que pone a prueba la tenacidad, talento, creatividad, capacidad de reacción e inteligencia emocional.
Actualmente son necesarias muchas herramientas, cualitativamente hablando, para lograr una profesión de éxito que proporcione un considerable nivel de ingreso, la satisfacción de la persona y su capacidad de incidir en el entorno.
Desde mi perspectiva, dos herramientas como la perseverancia y la inteligencia emocional conceden un margen de diferencia entre los profesionistas.
Hay que perseverar para lograr el objetivo planteado trabajando de forma ardua y preparándose en todos los terrenos imprescindibles para la consecución del logro. Tocar puertas para pedir oportunidades laborales y presentar el currículo sirve para demostrar la posesión de una valía especial que puede serle de utilidad a la empresa y al entorno. Perseverar es insistir sin desmayar.
La inteligencia emocional es un don al que cada vez más se inclinan en analizar las empresas y en el ámbito académico emergen nuevos textos destacando los efectos positivos de contratar a un trabajador que hace la diferencia no sólo por su capacidad cognitiva y racional sino por la consideración del impacto de las políticas y medidas en la esfera social, humana y ambiental. Se trata de “un algo” imprescindible con el que se nace y que pocas personas externan por temor de no encajar en un mundo cuyos avances son medidos en millones de ceros, cifras rojas o negras.
A COLACIÓN
Carreras del presente para intentar conseguir un trabajo en el futuro inmediato dentro de 4 o 5 años.
Mi consejo para los jóvenes es buscar áreas que les permitan una especialización con un perfil multifuncional: al talento natural sumarle las cualidades de la personalidad y la inteligencia propia, conjuntarlas con el conocimiento adquirido buscando desarrollar una personalidad profesional innovadora.
De esta forma, un egresado de arquitectura tendrá mayores posibilidades de insertarse al mercado laboral si presenta una especialidad en prevención de desastres; reciclamiento de obras, materiales; casas solares o autosustentables.
Economistas con perfil de microeconomía sustentable; coaching financiero o ingeniería de fondos de inversión socialmente responsable son de enorme utilidad; asesores en áreas de inversión de empresas de energía solar; asesores de riesgos; etc.
Lo mismo ingenieros o técnicos dotados de conocimiento para la instalación de paneles solares, fuentes de biocombustibles, energía eólica y marina; especialización en la fabricación de materiales ahorradores y reciclables; seguridad civil; seguridad militar; ingeniería espacial.
Cada vez se añaden nuevas necesidades para muchos microsectores segmentados en el mercado con un perfil potencial muy interesante.
GALIMATÍAS
La Sociedad de Fomento a la Educación (SOFES) señala que actualmente en nuestro país hay 2.2 millones de estudiantes en nivel superior; de los cuales más del 30% se preparan en instituciones privadas.
La tendencia, indica SOFES, es que en los próximos 10 años duplique la población en las universidades públicas y privadas. La presión poblacional por educación recaerá primero en las universidades públicas de por si ya saturadas y luego buscará la alternativa de la educación privada. A partir de entonces los padres de familia harán cuentas de la disponibilidad de ingreso que tienen y tomarán una decisión.
De acuerdo con información proporcionada por Actinver, el costo promedio de pagar una carrera universitaria en una institución privada con colegiaturas moderadas es de 200 mil pesos, en este rango encontramos: a la Universidad del Valle de México San Ángel; la Universidad del Valle de México Campus San Rafael; Universidad del Tepeyac; Universidad Latinoamericana; Universidad Nuevo Mundo Albatros; Universidad Tecnológica de México; y la Escuela Comercial Cámara de Comercio.
Para el segmento intermedio, una carrera universitaria tiene un costo promedio de 290 mil pesos para instituciones como: Universidad Simón Bolívar; Universidad Las Américas; Centro Cultural Universitario Justo Sierra; Centro Universitario México; Universidad del Valle de México Tlalpan; y Universidad del Pedregal.
En el rubro alto, una carrera universitaria tiene una media de 460 mil pesos para las siguientes universidades: Universidad Panamericana; Universidad La Salle; Universidad Anáhuac; Universidad Iberoamericana; ITESM; Universidad Pontificia de México; Instituto Tecnológico Autónomo de México; y Universidad Intercontinental.
P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales. Puede contactarla en: [email protected]