Por fin, después de tanta alharaca de los legionarios de los partidos políticos y de tanta basura vertida por las empresas encuestadoras con relación a quien va a ganar, quien tiene la delantera y quien se perfila como el próximo gobernador, la verdadera lucha inicio a partir del primer minuto después de que el Consejo Estatal Electoral sanciono y aprobó el registro de los candidatos de los partidos PRI, PAN, PRD, PT, Convergencia.
Por eso es que a partir de ese momento, todo lo que se haya dicho a favor cada uno, así como el que hagan sus equipos de campaña y la simpatía que viertan sobre sus seguidores y no seguidores, será fundamental para obtener el voto, aunque debo decir que el factor dinero será vital para orientar el camino de cada candidato, ya sea para gobernador, para presidente municipal o para diputados locales.
Hay que recordar que las campañas políticas cuentan con tres etapas o fases antes de llegar a su destino final, que son las elecciones; la primera de ellas es la que se refiere a la medición de las capacidades de cada candidato, y sus fortalezas y debilidades mostradas a la población a través de encuestas, método cuya intención primordial es incidir en la mentalidad de los electores, para llegar a una inclinación favorable hacia el candidato predilecto, aunque sus resultados para nada reflejen las verdaderas motivaciones electorales de la gente .
Una segunda etapa es la campaña política en sí, porque de ella emanara la verdadera fuerza de apoyo de cada candidato, que son en primera instancia las bases populares, es decir, la simpatía que entre la gente tenga cada candidato, y la forma en que sus equipos de campaña trabajen para que esa fuerza se incline totalmente en favor del candidato. De ello dependerá el que la decisión del elector se mantenga firme e inalterable hasta el momento mismo de las elecciones, y no pase a las filas de los indecisos y mucho menos a las filas de la oposición.
La tercera fase son las elecciones. En esta etapa el trabajo realizado por los equipos de campaña, así como de los sectores, organizaciones y grupos afines de cada partido político para motivar a sus seguidores, será vital para convencer a los electores de que el trabajo hecho a lo largo de las campañas, no son solo promesas sino compromisos realizables.
Por ello es importante que los candidatos no caigan en el exceso de prometer lo que no puedan cumplir, sino llegar a acuerdos ciudadanos y de sector, para que juntos puedan realizar las metas trazadas.
Así, José Julián Sacramento, candidato del PAN; Armando Vera García, del PT; Rodolfo Torre Cantú, de la coalición PRI/Verde y Nueva Alianza; Julio Cesar Almansa, del PRD, y Alfonso De León Perales, de Convergencia, iniciaran sus respectivas campañas convencidos de ganar la contienda, porque de no estar convencidos ellos de ser los ganadores en la contienda electoral, menos podrán convencer a sus seguidores de que el triunfo, aunque sea lejano, es una posibilidad real, y ese, el de la labor de convencimiento, será el ingrediente principal en este corto proceso electoral que terminara el 4 de julio.
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Es una verdadera lástima saber que la Secretaria de Educación Pública, presionada por el corrupto Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (Snte), autorice esas etapas inermes de conocimiento llamadas puentes, y que lo único que se logra de ellos es aumentar la holgazanería de los mentores y depreciar aun más la mala calidad de la educación que se imparte en nuestro país.
Por eso no estoy de acuerdo y nunca lo he estado, de que los mentados ‘puentes’ de los que el magisterio goza de manera impune a cada momento, se hayan convertido ya no en una norma o en una costumbre, sino en una obligación. Como si estos sujetos (no todos por supuesto porque existen mucha honrosas excepciones) que se dicen maestros, dieran todo de sí para que nuestros hijos tengan una mejor educación, y por consiguiente mejores oportunidades de trabajo y de vida al momento de culminar una carrera profesional.
Bien dicen que un país educado es un país desarrollado, pero desafortunadamente México es un país con un muy bajo nivel educativo, y por ende, aun no sale del subdesarrollo en que nos tienen sumido nuestros gobernantes y nuestros maestros, a quienes se les premiará por ese gran ‘esfuerzo’ a favor de la educación. ¡Vaya!, sí que es una gran incongruencia saber que mientras mas holgazán, corrupto e inepto es un individuo, mas se le premia y se le consciente.
Por ello, hoy en día la honestidad y la franqueza, más que ser cualidades están convertidas en defectos, porque la enorme corrupción los ha depreciado tanto, que los honestos y los trabajadores no caben en ningún lado.
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Ayer, el gobernador Eugenio Hernández Flores se reunió en la capital Victoria con el asesor del presidente Felipe Calderón en materia de seguridad pública, Jorge Tello Peón, con la finalidad de ofrecer una alternativa más viable en el combate a la inseguridad que priva en nuestro estado, y aunque por razones de seguridad nacional no se ofrecieron de manera pública los detalles, es loable la intención del gobernador por ponerles un alto a tanta incertidumbre de los tamaulipecos, cuando temen salir a las calles de sus municipios.
Es bueno que haya coordinación entre los tres niveles de gobierno en ese sentido, pero sería mejor que de la simulación lastimosa se pasara a la acción efectiva, y que se nos dejara a los tamaulipecos la oportunidad de poder recuperar nuestros espacios, aquellos que nos arrebato la inseguridad por culpa tal vez, de la ineficacia y la corrupción de nuestras policías locales y estatales.
Ahora es tiempo de que nuestras autoridades respondan al clamor y exigencia ciudadana, de que cumplan aunque sea por única vez en este sexenio, de danos la tranquilidad que tanto requerimos, porque solo de esa manera podremos salir a votar con certidumbre y tranquilidad el 4 julio. ¿Podrán cumplirnos nuestras autoridades?
Hasta mañana
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