Maremágnum/Mario Vargas Suárez *El reto

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La Mtra. Alba Martínez Olivé es una mexicana conocedora de la problemática educativa en México. Es Consultora independiente, Profesora de educación básica y fundó el Programa Nacional para la Actualización Permanente de los Maestros de Educación Básica en Servicio.

También la Mtra. Martínez Olivé dirigió en la SEP, entre 1995 y 2006, las dependencias nacionales para impulsar la formación continua de los docentes mexicanos. Sigue en la Secretaria de Educación Federal pero ahora con como Directora Eduméxico.Net y se anuncia como “un grupo de personas, representantes de los sectores sociales, interesados en la educación de nuestro país.”

¿sabe usted porque cito algunos datos de Alba Martínez? Porque recientemente declaró sobre la urgencia de Certificar a los maestros, sobre todo de la educación básica.

Usted con razón podrá preguntarse qué es eso de la Certificación y con gusto le diré que es todo un proceso donde el empleado debe acudir ante su “patrón” para exhibir su actualización y por consecuencia, que sigue apto para el cargo que desempeña.

Algunos países han optado por este procedimiento y los maestros universitarios, por ejemplo, son los que se preocupan por asistir a cursos, diplomados, talleres de actualización; también cuenta la asistencia a congresos, simposium, foros, etc., pero en calidad de ponentes.

La idea básica es que el maestro por sí y no obligado, debe buscar superarse por todos los medios y de esa forma el estado abandona la tutela de mal organizar cursos o desfiles de señores que cobran un dineral solo para aplaudirles.

La idea central de estos foros es el análisis, la discusión y si es posible la puesta en común de acciones propositivas que auxilien a mejorar la calidad del trabajo que se desempeña.

Más todavía sería evaluar a los maestros en clases modelo, con comités conformados con gente de la sociedad civil, del sector empresarial, de los empleadores que, finalmente, son quienes contratan a los egresados del sistema educativo nacional. Con ello se evitaría el compadrazgo o los privilegios y favoritismos, clásicos no solo en los maestros.

Si las autoridades mexicanas se determinaran por un sistema de esta naturaleza, entonces el panorama educativo cambiaría radicalmente, porque cada maestro buscaría lo que él mismo se exigiría para mejorar su propia calidad de trabajo en el aula.

Un detalle del tamaño de México, país. El egoísmo no solo del SNTE y la camarilla Elbista, que de verdad han sentado sus reales en la educación del país. Ese si sería un reto a resolver.

Los maestros necesitan retomar el liderazgo no solo de la escuela, sino social, vía padres de familia y deben empezar con una autoevaluación de su desempeño profesional.

Los maestros han sido ejemplo de “aguante” cuando han tenido que soportar callados los sistemáticos embates de resentidos ex alumnos, al acusarlos de “burros” por los reales o manipulados resultados de exámenes aplicados a los docentes y a los estudiantes.

De las incongruencias son los grupos de alumnos ¿aplicados? que anualmente visitan al presidente de la República y ¿O son o no?

Finalmente el reto está, corresponde a las autoridades y al mismo SNTE determinar su alcances y beneficios.

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