Mucho se satanizó el asunto de las cooperativas escolares y los “productos chatarra” que según “los especialistas” engordó a la población infantil al grado que llevó a México al deshonroso 1er lugar en obesidad y sobrepeso.
También se dijo que Tamaulipas ocupa el 1er lugar nacional en el mismo rubro y a nivel estado, la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira tienen el No. 1 en el mismo tema.
Es más, en los últimos meses apareció otro indicador de males: La desnutrición, y el santo también se le achacó a la Cooperativa Escolar.
Esta misma semana la Secretaria de Salud Federal, en labios de su titular, Dr. José Ángel Córdoba, declaró la aparición de la “Box Lounch” o sea, “el lonche en caja” que tendrá las calorías que el niño y el adolescente necesita.
Es decir el Sr Dr., -no el que anda buscando substituir a Geño – dice que habrá uno para preescolar, otro para niños de la primaria y otro para la muchachada de la secundaria, lo que llamó la atención de la noticia es que buscan que los preparen las mamás de las escuelas.
Muchos políticos no han querido entender que una cosa es que seamos un solo país, pero en definitiva no tenemos los mismos patrones culturales ni en alimentación, de ahí que exista una gastronomía nacional muy variada.
Vale la pena recordar que ése precisamente fue uno de los problemas con los que atravesó el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI) con el programa Desayunos y Meriendas Escolares cuyo logotipo era una carita de niño feliz dibujada en una tapa de pan de caja.
Los desayunos escolares contenían una fruta, un lonche, un dulce y un cuarto de litro de leche o en su defecto chocolate, todo en una bolsa de polietileno y hasta los años 80 su costo era de 20 centavos.
El creados de este beneficio para la población escolar fue creado por el gobierno del Presidente Adolfo López Mateos (1958-1964), el mismo que creo la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito y el gestor del “Metro” o tren subterráneo de la Cd. de México y quien firma para las Olimpiadas del México 68.
La razón es muy simple, López Mateos tuvo dos carreras, primero fue Normalista, como su esposa doña Eva Sámano y después estudió leyes en la UNAM. En consecuencia vale la pena saber que solamente un Profesor de primaria ha llegado a ser presidente del país, con sus correspondientes beneficios al sistema educativo nacional.
Pero volviendo a los desayunos y meriendas escolares instituidos por el Presidente López Mateos, debo decirle a usted que a pesar de ser tan baratos, los niños se empezaron a cansar de comer lo mismo y muchas veces los patios escolares presentaban fruta pisoteada, cubitos de leche en tetrapack “tronados”.
Un buen numero de escuelas prefería “venderlos al mayoreo” para que las señoras se llevaran hasta 10 por persona, para la familia, pues juntaban la leche y con ella hacían atole o el café.
El Tamaulipas fue el período de Ramón Durón Ruíz –también profesor de primaria y abogado- como Presidente Municipal de la capital, cuando “reviven” los desayunos escolares y hasta la fecha es la forma con la que han continuado.
Lo que instituyó el Filósofo de Güemes”, junto con su Secretario del Ayuntamiento. El también profesor y abogado, Bladimir Martínez Ruíz, fue que por medio de las madres de familia, la presidencia les hacía llegar alimentos perecederos y lo necesario como estufas de gas, licuadoras, mesas, sillas, etc. Los padres de familia compraban los alimentos no perecederos y záz! Ya están los desayunos a precios módicos…
El problema con los “Box Louch” que José Ángel Gurría es que a los mexicanos nos hace falta primero buscar los motivantes verdaderos para comer nutritivamente, pero también está el problema de que una dieta bien balanceada no es nada barata.
Sin embargo, el nuevo lonche lo hacemos los papás no solo para los hijos que asisten a la escuela, sino para la familia entera, incluyendo a mamá, papá y los que vivan en casa. ¡Salud!
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