Cumpliendo con el protocolo oficial, Miguel González Salum llevó a cabo su registro como candidato a la presidencia municipal de Victoria, la capital de Tamaulipas, en un acto que congregó a muchos simpatizantes, los que, por lógica, esperan que el abanderado del Partido Revolucionario Institucional llegue a las oficinas de la avenida Francisco I. Madero esquina con Hidalgo.
Quienes hemos vivido en Victoria los últimos años –décadas- podemos constatar que Miguel es un buen candidato, un hombre, como decían los abuelos: “decente” en todos sentidos.
Miembro de una muy honorable familia, Miguel ha tenido algunas responsabilidades oficiales, como fue la diputación federal y la dirigencia estatal de la CNOP, el brazo del sector popular perteneciente al PRI. A donde ha llegado ha dejado una buena imagen, porque es una persona que tiene el donde gentes, honorabilidad y una enorme capacidad para trabajar, eso lo saben quienes están con su causa, así como también quienes competirán por el voto popular y que saben que no está fácil la empresa de querer derrotar al abanderado tricolor.
Prácticamente, este fin de semana se habrán llevado a cabo los registros para gobernador, presidentes municipales así como diputados locales, incluyendo la lista de los plurinominales, esos que hemos criticado durante años y que no tienen más mérito que el tener buenas relaciones en la cúpula de su partido.
Así, en esta última instancia, llegarán algunos miembros de la desquebrajada oposición en Tamaulipas, que alcanzarán por eso de los porcentajes, ocupar una curul en forma, como dicen los del PRD, “espuria”, dado que un diputado se supone que es un representante popular, y a éstos los elige el pueblo, siendo que a los “pluris” no los elige más de un grupo de 3 o 4 personas.
No tienen, digamos, la calidad como para merecer el título de representantes populares, pero finalmente, la ley les otorga el beneficio que a muchos nos niega, y cobrarán un excelente salario durante tres años, con la única encomienda de ensuciar todo cuanto llegue al salón de plenos y provenga de un gobierno que no es de su partido.
En este sentido, ya ocuparán sus sitios y nos daremos cuenta de ello.
Lo anterior no quiere decir que todos los plurinominales sean malos, dado que seguramente habrá uno o dos que tengan la calidad para legislar, para debatir; la cultura política necesaria para sacar adelante el trabajo legislativo que ha estado de repente lleno de huecos que propician que la gente se desencante del mismo.
Habrá diputados, como siempre, buenos y malos.
En cuanto a los candidatos a la presidencia municipal, en los 43 municipios se registrarán quienes irán por el triunfo. Claro, con la problemática singular de cada municipio, donde seguramente habrá dos o tres candidatos, quizá más, pero todos buscarán el triunfo en julio próximo.
Los discursos, esperamos los ciudadanos, se lleven a cabo en el marco de un profundo respeto por la contienda electoral y por los candidatos de otros institutos políticos. Resulta obvio que cuando uno busca ganar por tal partido es porque no comulga con los demás, sin embargo, el respeto deberá ser la premisa fundamental.
También esperamos los tamaulipecos en ocasión de elegir a nuestros gobernantes, que las mismas campañas tengan propuestas, pero lógicas, creíbles, que se vayan a cumplir.
Necesitamos dejar a un lado las descalificaciones y proponer lo que quisiéramos para nuestro estado. Tamaulipas lo merece y es justo que se le entregue una generación de buenos políticos.
Hay algunos actuales que dejaron pendientes gigantescos y la ciudadanía no está contenta, sin embargo, no podemos decir que en un partido todos son iguales: habrá quien se esmere y quien no lo haga; el juicio popular los ubicará en su punto justo.
El Instituto Electoral de Tamaulipas ya se prepara para los comicios y se elabora la papelería necesaria, se instruye a quienes fungirán como funcionarios de casilla y todos los imprevistos se están tratando de pensar para que, como suele suceder en la entidad, las elecciones del 4 de julio sean participativas, y que todos los actores directos podamos derrotar al nefasto abstencionismo que nos deja un mal sabor, un hueco que no aclara precisamente qué es lo que quiere la ciudadanía.
Hoy es tiempo de responder a las autoridades electorales, con un voto que puede ser por uno u otro sentido, pero que tenga la conciencia de cada uno de los que podemos emitir este sufragio en aras de un importante derecho constitucional.
Ya están los candidatos, ahora viene escuchar las propuestas, y luego… a cantar victoria o asimilar la derrota.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!