Mario Vargas Suárez/Maremágnum *El replanteamiento

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El título de la presente, bien pudiera llamarse también “la insistencia” u “Otra vez” no “necedad” porque aunque se plantee un tema de otra forma, no es otra cosa que eso, una nueva forma de expresar algo.

En una de mis primeras colaboraciones a esta importante empresa editorial, la titulé “La Certificación de Maestros” porque creo que los profesionales de la docencia, del nivel educativo donde se desempeñen, deben comprobar su propia actualización y no dejarle el paquete al patrón, en este caso el estado.

Sobre todo en la Educación Superior, esta modalidad de la Certificación en países desarrollados, son considerados indicadores, no diga usted para elevar una categoría en la plaza, sino incluso el salario diario de los maestros.

Un profesor, en otros países, que no se certifica es un docente que está anunciando su retiro de la institución donde laboraba. Así suceden en muchas universidades del mundo.

En nuestro México, lindo y querido, la cosa es conseguir entrar y de ahí, no te muevas… todo lo hace el estado.

Como el caso de la Trabajadora Social de Victoria, que en días pasados se plantó en huelga de hambre en el edificio de la SET, todo porque dice tener 21 años de antigüedad en su plaza y no le han ayudado “…entran nuevos y si les dan mas horas” dice,

Claro que no hace público esta TS que tiene una plaza administrativa y que se ha negado a una promoción de categoría porque quiere una plaza de maestra, con las funciones que ahora desempeña.

Es innegable que el estado mexicano es el monopolizador no solo de la educación sino incluso de la capacitación y actualización de los maestros, por lo que a nivel federal y estatal dedican amplio presupuesto a este rubro.

En este sentido me parece que debe desaparecer esa tutela gubernamental porque muchas de las veces es un dinero muy mal administrado por gente de uno y otro lado del escritorio y casi siempre las actualizaciones llegan con los propios maestros “multiplicadores” del conocimiento.

Quizá lo que usted no sabe es que en la educación secundaria, media superior y superior, una plaza de tiempo completo es de 40 hrs. a la semana, pero una parte de esas 40 horas, según el subsistema, deben dedicarse a trabajar frente a grupo y otra dedicarla a la investigación y a la difusión.

El titular de COTACYT asegura que en Tamaulipas hay registrados en el padrón del Sistema Nacional de Investigadores apenas 153 y de éstos, aproximadamente 60 son de la UAT de “Chema” Leal.

Vale la pena preguntar ¿Qué hacen los maestros de tiempo completo cuyas horas no trabajan frente a grupo, ya sea en las prepas o en el sistema de educación superior?

Quienes conocen del tema saben bien que hubo épocas –no señalo a ningún período oficial o sindical- que se descubrió a maestros y maestras con dos tiempos completos, es decir una plaza federal y otra federalizada. Más, al mismo tiempo cobraban como funcionarios del gobierno del estado.

Desde luego que un paso gubernamental que quedaría registrado en la historia de la educación de Tamaulipas es la certificación de maestros de los niveles escolares medio superior y superior, puesto que permitirá entonces una mejor calidad de la educación, ésa que tanto se ha buscado, con resultados… mejor usted dígalo.

El reto está planteado y ahora replanteado, se bien que hay que mover muchas estructuras, pero la iniciativa puede venir de parte de la Sección 30 o en acuerdo con los maestros del SNTE. Vale la pena intentarlo. Certifiquemos a los maestros de Tamaulipas, la educación lo merece porque nuestros hijos la necesitan.

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