La odisea de estudiar en México

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Alberto Nájar

BBC Mundo, México

A Juan Carlos Díaz le surgió el interés de estudiar ingeniería mecánica cuando visitó una empresa armadora de automóviles. Así, solicitó ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero fue rechazado.

Su meta de establecer su propio negocio deberá esperar un tiempo, porque ahora no decide entre intentar un nuevo ingreso a la universidad o mantener su empleo como vendedor de discos piratas en el centro de Ciudad de México.

Lo más seguro es que olvide los estudios, le dice Díaz a BBC Mundo.

“Voy a intentarlo después, porque ahorita ya me hice de algunas deudas y quiero pagarlas primero”, confiesa.

Como este joven, más de 114.000 aspirantes a estudiar una licenciatura en la UNAM fueron rechazados en el primer ciclo escolar de este año, lo que representó el 91% de las solicitudes según cifras de la universidad.

Es un fenómeno común en casi todas las escuelas públicas de educación superior en México. La Universidad de Guadalajara, por ejemplo, rechazó al 59% de sus aspirantes.

Para Alfredo Nateras, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), no son buenas noticias en el escenario de violencia que vive el país.

“A estos jóvenes sólo les queda el ámbito del empleo informal o el camino del crimen organizado”, dice en conversación con BBC Mundo.
Sin dinero

¿Por qué tantos estudiantes rechazados en universidades públicas?

El rector de la UNAM, José Narro, ha dicho que la falta de presupuesto limita el espacio para los aspirantes, como ocurrió este año cuando la universidad llegó a su límite de matrícula.

A estos jóvenes sólo les queda el ámbito del empleo informal o el camino del crimen organizado

Alfredo Nateras, investigador de la UAM

“Ya no da más, llegamos al tope, ya no tenemos capacidad”, le declaró a medios locales.

Por ejemplo, la UNAM tiene una matrícula de 308.000 estudiantes, una de las más grandes de América Latina, y el presupuesto de este año es de unos US$1.700 millones.

Una cantidad insuficiente, dicen analistas, sobre todo porque en la UNAM se realiza el 65% de la investigación científica de México.

La falta de presupuesto es un tema que se discute cada año en el país, especialmente cuando el Congreso analiza la asignación de recursos fiscales.

Casi siempre las universidades públicas afrontan la posibilidad de recortes, como ocurrió en 2009 cuando la propuesta del gobierno contemplaba una reducción de unos US$850 millones a la UNAM, que fue rechazada por los diputados.

El investigador Nateras dice que el dinero es clave en el rechazo a los estudiantes y sus consecuencias.

“Si no invertimos en educación, no debe alarmarnos de que los jóvenes prefieran la delincuencia organizada a los empleos que le ofrece la economía de este país”, advierte.
Más dinero

A pesar de las críticas, el gobierno mexicano insiste en que los recursos para educación superior son mayores que en otros años.

Recientemente el presidente Felipe Calderón dijo que el presupuesto para universidades públicas aumentó 40% en los últimos tres años.

El ministro de Educación, Alonso Lujambio, aseguró que la matrícula en educación superior aumentó en 160.000 nuevos alumnos este año.

“Estamos rebasando los tres millones de alumnos en ese nivel, incluyendo posgrado”, dijo.

Para el investigador Nateras esto es insuficiente porque, según él, muchos jóvenes tienen a la educación pública como su única posibilidad de progreso.

Y si no lo tienen, el riesgo es que adopten medidas “extremas”.

“La delincuencia organizada siempre está presente. Esa es una realidad”, insiste.

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