“¡La mejor fiesta, sin duda, fue la de mi hijo!”, es una expresión común entre las madres.
Una encuesta llevada a cabo en el Reino Unido constató que las madres no pueden evitar competir por cosas como organizar la mejor fiesta de cumpleaños para sus hijos o por llevar la mejor la ropa.
El estudio de la empresa Mum Poll, en el que participaron 3.000 madres, encontró que un 39% de ellas no pueden sino jactarse y presumir en torno a los logros de sus hijos.
Cerca de la mitad de las encuestadas querían que su bebé fuera el primero en gatear, caminar y hablar.
Además, un cuarto de ellas trataron de ser las más organizadas.
Aunque un 78% admitió que tener una naturaleza competitiva era “ridículo”, la mayoría indicó “sencillamente no lo pueden evitar”.
Una de cada cinco confesó que se había deleitado porque su niño aprendió rápidamente a ir al baño.
Otra área de rivalidad entre las nuevas madres fue perder el exceso de peso tras haber dado a luz lo más rápido posible.
En este sentido, un 27% admitió haberse sometido a una dieta relámpago y a ejercicios vigorosos, mientras que un 19% intentó ser la mejor vestida.
Fracaso y la casa perfecta
Una quinta parte de las madres encuestadas dijo que le gustaba alardear sobre su “querido marido”.
Las madres se ponen a sí mismas bajo una inmensa presión para ser las mejores en todo pero es imposible tener la casa perfecta, un esposo atento y al mismo tiempo hacer las mejores tortas nunca antes vistas en el pueblo
Encuestadora Mum Poll
Sin embargo, un 39% expresó que a menudo se sentían fracasadas.
Y cuatro de cada diez admitió sentir envidia cuando las amigas de otras madres parecían llevar bien la maternidad por lo que tendieron a alejarse de ellas.
Una portavoz de la encuestadora Mum Poll indicó: “Por naturaleza las mujeres son generalmente más competitivas que los hombres y se juzgan a sí mismas al compararse con otras mujeres”.
“Por ello, tiene sentido que cuando las mujeres se convierten en madres, aumenten sus expectativas y luchen por ser absolutamente las mejores en todo lo que tiene que ver con la maternidad”, señaló.
“Las madres se ponen a sí mismas bajo una inmensa presión para ser las mejores en todo pero es imposible tener la casa perfecta, un esposo atento y al mismo tiempo hacer las mejores tortas nunca antes vistas en el pueblo”.
“Estoy segura de que para la mayoría de las madres, sería un gran alivio ir a la casa de otra madre y ver que está tan desordenada como la de ellas, encontrar que sus hijos no han hecho la tarea y que el marido está trabajando hasta tarde por cuarta noche consecutiva”, concluyó.