Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *“Alex”, en Tamaulipas

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Llegó el primero de una serie de huracanes: Alex, mismo que arribó a la entidad por el municipio de Soto la Marina, y no La Pesca, como dijeron en forma equivocada los periodistas de Milenio, desconocedores de la geografía nacional y de su labor.

Como siempre sucede en estos casos, la desinformación causa alarma y muchas reacciones poco propicias, sin embargo, cuando las cosas se hacen adecuadamente, la gente tiene forma de prevenirse. Nunca se podrá evitar que un huracán cause daños, que llegue y destruya, pero sí se puede evitar que mate gente.

En ese aspecto, el sistema estatal de Protección Civil está siempre trabajando adecuadamente; no existe la menor duda de su eficacia, porque se tiene una coordinación con el Servicio Meteorológico Nacional para poder informar a su vez al sistema estatal y luego a los municipales, de forma tal que la ciudadanía no tenga problemas, al menos, para guarecerse del mal tiempo, salvar su vida y lo básico de sus pertenencias.

Hemos visto información en otros países donde la tragedia se lleva vidas, recuerdos, historias, y deja a los pueblos desnudos, sin historia, sin su gente, sin sus remembranzas que le dan una razón para seguís siendo.

El gobierno de Tamaulipas tiene un muy buen sistema de Protección Civil, y eso hay que destacarlo, porque también en el mismo aparato de prevención juegan un papel muy importante los medios de comunicación, ya que es a través de éstos que se da a conocer el reporte, las medidas a tomar y todo lo que se necesita. Es fundamental, pues, el hecho de contar con un gobierno eficiente.

Y bueno, los resultados, por una parte, son los de inundaciones, cables sueltos por todas partes, postes y árboles derribados, espectaculares en el suelo, y un sinnúmero de calles afectadas, pero la parte determinante es que se han salvado vidas por tener avisos a tiempo, oportunos.

En ese sentido, consideramos que cualquier inversión y esfuerzo bien valen la pena cuando se trata de rescatar vidas; Salvador Treviño Salinas tiene un buen equipo perfectamente coordinado, reforzado a nivel municipal en los 43 lugares donde se debe atender la medida de prevención, y seguramente que hay mucha más gente que acude al llamado y tiene forma de atender indicaciones y auxiliar a quien más lo necesita.

En un recorrido por algunas partes de la ciudad pudimos constatar los años que ocasionó “Alex” en la noche de este miércoles para amanecer en jueves, damnificados en una gran parte de la población. Victoria tiene muchos daños en todos sentidos y hay que comenzar la reparación de los mismos.

Hay que destacar que el personal de la Comisión Federal de Electricidad no se ha dado abasto en cuanto a demandas de restitución del servicio, quizá porque son muchísimos los daños o de plano, porque no hay la capacidad para hacerlo, pero nos consta que muchos sectores de la ciudad estuvimos sin energía eléctrica desde las 9 de la noche, y eran las 14 horas del jueves y ni esperanza de poder subsanar este asunto que nos preocupa y afecta.

Uno habla al 071 y nos dicen que estamos llamando a “una empresa de clase mundial”, sin embargo, no tienen la capacidad ni el personal adecuado para atender estas contingencias.

Somos afectados de ellos, aunque para los cobros, siempre hemos de ser los primeros, so pena de que nos dejen sin servicio subsecuente.

Aquí debieran atender las autoridades de CFE el llamado de la gente y devengar los muchos cientos –y en ocasiones, miles- de pesos que se pagan por concepto de luz mal atendida.

Según el reporte del mediodía del jueves, “Alex” estaría entrando de lleno a la entidad y perdiendo fuerza; se hablaba, unas horas antes, de vientos sostenidos de más de 140 kilómetros por hora, y en este momento ya había de únicamente 75, es decir, prácticamente la mitad de la fuerza con que ingresó a suelo tamaulipeco.

Las recomendaciones no se han hecho esperar y hemos constatado también en tiendas departamentales la forma en que la gente va a surtirse de alimentos que pueden guardarse sin refrigerarse, de agua, baterías, velas y veladoras y uno que otro que ha invertido en una pequeña planta de luz, a manera de poder, al menos, conservar los alimentos en forma tal que pueda garantizarse su consumo.

Esto último es básico cuando se tiene una familia numerosa, ya que en este caso, los señores de CFE no tienen una mínima idea del daño que se ocasiona a los hogares cuando sencillamente no se hace el trabajo a tiempo.

No es un comentario ingrato, porque siempre hemos reconocido el trabajo de estos personajes, solamente que, hoy por hoy, se han puesto en un plan de marcada deficiencia, digno de la mayor de las críticas hasta de los señores de aquel sindicato de electricistas que juran y perjuran que la CFE y la carabina de Ambrosio…. Son lo mismo.

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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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