


-Río Salado se desborda y crea un pueblo fantasma
Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Marisa Ceniceros, esposa del alcalde de ciudad Anáhuac, Nuevo León, y presidenta del sistema DIF de aquella comunidad que fue evacuada en su totalidad debido al desbordamiento del río Salado que inundó el área urbana, coordina de manera personal el apoyo que se le brinda a unas 400 personas que se encuentran en el albergue de Nuevo Laredo.
El gimnasio de la Universidad Tecnológica fue habilitado como albergue, pero su capacidad está a punto de llegar al máximo, ya que decenas de personas de aquella comunidad continúan llegando a dicho lugar, por lo que Protección Civil habilitó el edificio del Colegio de Ingenieros Civiles.
“El río ya se desbordó y muchas calles están inundadas, pero lo más importante es darle apoyo a la gente que está aquí, y estoy muy agradecida del apoyo que nos dan las autoridades de Nuevo Laredo”, expresó la funcionaria.
El albergue luce a su máxima capacidad. Las mujeres y los niños menores de edad son los que predominan, y estarán allí por dos o tres semanas, mientras pasa la contingencia y el agua baja de nivel.
Francisca Tijerina es una de las damnificadas. Ella vive cerca del río, por lo que tuvo que abandonar su hogar y trasladarse a esta ciudad, distante 80 kilómetros, pero dijo que dejó su hogar a expensas del vandalismo, ya que no observó vigilancia en el área donde vive, la colonia Ampliación Obrera.
Igual suerte corrió Catalina Olivares, quien junto con sus cuatro hijos pequeños abandono Anáhuac, quien llegó a esta ciudad acompañada de unos vecinos que también dejaron su hogar.
Luz Ayala llegó al albergue a las tres de la mañana de ayer, y aunque dijo que no dejaría su hogar, el ejército la conminó a que lo hiciera, ya que a esas horas el río estaba desbordándose.
El caso de Rebeca Rivera no es menos patético, ya que dice que en 34 años de vidas, nunca había tenido una experiencia semejante. Ella vive en la proletaria colonia Independencia, pero el agua no respetó condición económica, y arrasó por igual su vivienda como la los ricos de ese pueblo.
El Sistema DIF y el ayuntamiento de Nuevo Laredo les ofrecen alimento y un lugar donde dormir, y así estarán por lo menos tres semanas, hasta que regresen a ese lugar que por años ha ido mermando su población, debido al éxodo obligado de muchos hombres que emigran a Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades de vida y de trabajo.
Ernesto Rivera Gómez, titular de Protección Civil en la ciudad, dijo que la capacidad del refugio está al máximo, por lo que se habilitarán las cinco sub estaciones de bomberos para ese fin, y agregó que 240 personas de la ciudad, se encuentran en los demás albergues.