Hugo Reyna/EnLíneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.- Tras una semana devastadora en lo político para Tamaulipas, en donde en el lapso de 7 días perdió el PRI a su candidato a la gubernatura Rodolfo Torre Cantú y repuso a su contendiente en su hermano Egidio, arribó a los comicios electorales del pasado domingo 4 de julio con una victoria sobrada, pero antes una amenaza -ahora natural por el huracán “Alex”- en medio de toda esa vorágine que apenas se digiere, se volvieron a encontrar en Tamaulipas el gobernador Eugenio Hernández Flores y el presidente de México Felipe Calderón.
Otro ingrediente que atizó el fuego, es el conflicto pos-electoral en Río Bravo, en donde en una inédita jornada de conteo de votos, el PRI que inicialmente se visualizaba como perdedor de la elección, logró imponerse y arrebatarle un virtual triunfo al PAN.
Bajo una pertinaz llovizna, el presidente Calderón Hinojosa descendió del avión presidencial “Benito Juárez” en el hangar privado, fue recibido por el gobernador Eugenio Hernández Flores vestido de pantalón kaki y su camisa blanca oficial, por su parte el mandatario-informal- vestía pantalón azul de mezclilla, camisa blanca oficial y una chamarra verde tenue.
De ahí se trasladaron al salón de sesiones en el mismo Aeropuerto “Servando Canales”, hubo unos minutos de dialogo privado antes de iniciar la sesión de trabajo con los gabinetes federal y estatal.
Obligadamente el tema del reciente asesinato de Rodolfo Torre, quien en estos precisos momentos en la Ciudad de México en el Congreso de la Unión era objeto de un homenaje póstumo por parte de sus excompañeros diputados federales, fue sin duda tratado por Hernández Flores y Calderón.
Después de una semana intensa y difícil para el gobernador de Tamaulipas, nuevamente se encontró con el presidente Felipe Calderón, aunque las circunstancias fueron bajo el sentido de la emergencia decretada por las crecientes del Río Bravo y avenidas de aguas provenientes de Coahuila y Nuevo León.
