Este miércoles, en reunión con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, celebrada en la ciudad de Matamoros, el gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández Flores dio cuenta del estado que guarda la entidad respecto al mal tiempo y los estragos ocasionados por las intensas lluvias que se han dejado sentir, la tormenta de la semana pasada y los desmanes de la presente, que han llevado a miles de paisanos a perder sus pertenencias… y su esperanza.
Sin embargo, Eugenio le dijo al presidente que estaba la entidad en calma y en control; mucha gente critica la frase, sin embargo, no podemos decir que ha habido un mal trabajo por parte del gobierno tamaulipeco, ni de las instancias de Protección Civil.
Hemos visto un buen número de cuadrillas trabajando, gente voluntaria y del gobierno en sus tres instancias, buscando aliviar la situación de la gente damnificada. Claro es que siempre hay quien se queja y pretende sacar beneficio extraordinario o político a estas causas.
Hay quienes se dedican a desprestigiar al gobierno en un afán desmedido por hacerse notar y por querer llevar agua al molino de partidos políticos de oposición o grupos que siempre están quejándose hasta por que la mosca vuela chueco.
Entendamos: las desgracias naturales vienen sin aviso, sin pedir permiso y los estragos que ocasionan no los manda nadie, ni siquiera el Peje, pues, para que quede muy claro.
Y no es humanamente posible que esté la gente de gobierno en todos los puntos de la geografía donde se registran daños: simplemente es imposible, porque cuando están, por ejemplo, auxiliando a los hermanos del municipio de Hidalgo que han tenido una gran desgracia, los de Padilla quieren agua potable o que les restituyan el servicio de energía eléctrica, al mismo tiempo que en San Nicolás piden despensas o láminas de cartón, porque han quedado sin techumbre para pasar la noche.
Todas estas cosas fueron hechas del conocimiento al presidente Calderón, y claro, en un afán que todos conocemos, han dicho las autoridades federales que “no nos dejarán solos” y que “su” gobierno estará pendiente.
Entendamos: Calderón no tiene gobierno propio, ya que él surge de una elección constitucional, apoyado por un partido llamado Acción Nacional, de derecha, que logró el triunfo gracias a la labor que desde el mismo Palacio de Gobierno llevó a cabo un señor de apellido Fox, y que llegó ahí por una muy buena campaña que realizó durante seis años, y se combinó con una muy mala elección por parte del partido Revolucionario Institucional.
Felipe Calderón fue investido como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, y es el presidente de unos 110 millones de personas que hemos tenido la maravillosa fortuna de nacer mexicanos. Pero NO ES únicamente el presidente de los panistas o de un cierto grupo, y su obligación como tal, es gobernar para todos, sin distingos ni limitantes.
Se debe a una elección democrática que todos avalamos menos los del PRD que se opusieron y se siguen oponiendo, llamándole “espurio”, pero negociando candidaturas con él y sus seguidores, así de ilógico.
Felipe Calderón vino a la entidad y visitó Nuevo León para conocer el grado de desastre que dejaron las lluvias y vientos que en forma por demás inmoderada tuvimos que aguantar por espacio de varias horas y días.
El presidente de México ha supervisado las acciones que llevan a cabo algunas dependencias federales, y ha conocido de lo que hacen los gobiernos de ambas entidades. Nada extraordinario: para eso se le paga y para eso es el presidente de todos, entendamos bien lo anterior.
Molesta mucho leer cuando dicen: “mi gobierno”. Insistimos: han llegado los que nos gobiernan gracias a nosotros los que sí votamos, y no tienen nada de que posesionarse como algo individual, menos el gobierno que es de todos y para todos.
Por ello, descalificamos la acepción que emite el señor Calderón a cada momento, entendemos que esté pendiente porque es su función, y aplaudimos, no a las autoridades que están haciendo REALMENTE su trabajo, sino a los voluntarios, los que sacan de su chequera para comprar una lata o una caja de papel higiénico y la llevan a los centros de acopio, donde realmente se necesita la solidaridad de todos.
Aplaudimos a aquellos tamaulipecos solidarios que vemos en las cajas registradoras de la tienda Sam’s comprando paquetes de botellas de agua, de latas de comida, de papel sanitario, jabones y enseres para el aseo, y que todo lo destinan a sus iguales en desgracia.
A ellos, sí los aplaudimos, porque nadie de nosotros tiene una obligación profesional para ayudar a los otros, sino que es una obligación del corazón, solidaria y sentida que vemos reflejada en las mesas de los muchos centros de acopio.
No importa quién se pare el cuello para decir: “yo traigo tantos víveres”, lo que importa es que llegue a los que le necesitan.
No deje de ayudarnos, por favor, es muy importante su apoyo.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!