Diócesis de N. Laredo organizará brigadas de trabajo para restaurar Anáhuac

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– Párrocos de Anáhuac y Rodríguez se quedaron para apoyar a los damnificados.

Gastón Monge/EnlíneaDIRECTA

Nuevo Laredo, Tamaulipas.- En un acto de solidaridad con los afectados en ciudad Anáhuac y Estación Rodríguez, Nuevo León, comunidades que aún permaneces sepultadas por el agua, los párrocos de las iglesias ambas comunidades decidieron quedarse para apoyar a los damnificados que se quedaron en sus hogares, informó el vicario de la Diócesis de Nuevo Laredo, Jesús Salazar.
Asimismo, dijo el sacerdote que una vez que baje el nivel del agua en Anáhuac, solicitará al obispo autorización para la creación de brigadas de trabajo, para reclutar a los habitantes de esa comunidad e iniciar con la restauración de las viviendas utilizando la fuerza de trabajo de sus habitantes.
Recordó que cuando el huracán ‘Gilberto’ azotó la región, este tipo de brigadas se formaron en los municipios de Bustamante y Villaldama, por haber sido las más afectadas por el meteoro.
De las ocho parroquias de Nuevo León, que pertenecen a esta Diócesis, solo las de Rodríguez y Anáhuac fueron afectadas por el desbordamiento del río Salado, y que los sacerdotes ofician sus misas en las laderas de las colinas o en los hogares de quienes no fueron damnificados.
“El templo de Rodríguez está inundado, como todo el municipio, y los daños se sabrán hasta que baje el agua, porque se deteriorarán algunas cosas”, explicó.
Las parroquias ubicadas en los municipios de Bustamante, Vallecillo. Villaldama, Sabinas, Lampazos y Parás no fueron afectadas, por lo que las misas continúan de manera normal aseguró el padre Salazar.
Sin embargo, comentó que los párrocos de Anáhuac y de Rodríguez, le informaron que aunque la estructura de sus iglesias no sufrió daños, las bancas, las paredes, puertas y algunas imágenes religiosas, pudieron dañarse por la acción del agua y de la humedad, pero el recuento de los daños a esas iglesias aún no se restablece ya que no hay acceso a ellas.
Los sacerdotes Armando Arizola y Pedro López, responsables de las iglesias de esas comunidades, están al pendiente de los daños y lo informan a cada momento al obispo Gustavo Rodríguez Vega, ya que se quedaron en sus comunidades para la atención y apoyo de los damnificados que se quedaron en las áreas más altas.
Cáritas Diocesana y el ayuntamiento de Nuevo Laredo apoyan a los damnificados que se encuentran en los refugios de esta ciudad.

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