Hugo Reyna/EnLíneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.- El impacto del desarrollo y progreso de Reynosa no es solamente una catarsis de la madurez que esta alcanzando como ciudad en la frontera, a la par de esa aparente bonanza, se entretejen toda suerte de historias ciudadanas de aquellos para quienes la modernidad ha sido más que un beneficio una calamidad.
Todos los días residentes del sur de la ciudad tienen que padecer los contratiempos de cruzar el Libramiento a la Carretera Reynosa- Matamoros- Monterrey, en donde actualmente se llevan a cabo las obras del Viaducto Periférico.
Autenticas proezas se escenifican todos los días por parte de los peatones que ante la ausencia de vigilancia vial a cargo de elementos de Tránsito, arriesgan sus vidas para seguir con sus actividades cotidianas- aunque la normalidad se acabo con la obra-.
Circular por esta parte de la ciudad es un fastidio, la circulación casi se paraliza al venir por el Libramiento a la altura del Tianguis “Nuevo Amanecer”, en donde se forma un cuello de embudo al llegar al Dren “El Anhelo” se alzan polvaredas de tierra ante la ausencia de asfalto que reclama aunque sea agua para apaciguarse.
Don Pedro Efraín es un hombre de 67 años y frecuentemente tiene que cruzar por aquí para ir a la casa de una de sus hijas en la colonia Doctores, el vive en la Luis Donaldo Colosio y se viene caminando por la extensión de Río Purificación, al llegar al citado crucero empieza su martirio y explica: “Los coches vienen rápido, ven a la gente y no se detienen, no se tiene consideración alguna, yo estoy viejo y quiero cruzar, pero cuando vienen los autos la gente me raya la madre, estas obras nos molestan y no tienen para cuando acabar”, suelta y dirigiendo su mirada hacia el sur de Reynosa- su objetivo y destino-.
Es común ver a personas y familias completas haciendo peripecias para cruzar hacia el lado sur, en donde se encuentra un conocido centro comercial, cuando se toca tierra del otro lado del crucero, dan ganas de besar el suelo con alivio, pareciera haberse concluido una hazaña imposible de realizar, pero al fin alcanzada.
Son pues testimonios urbanos, que en forma paralela conviven y se recrean todos los días a la sombra del progreso de esta ciudad.
