– Carlos González Salas… ningún representante del gobierno municipal asistió
Liliana Rivera Grimaldo/EnLíneaDIRECTA
Tras la muerte del padre Carlos González Salas, cronista vitalicio de Tampico, desde 1976 , esta mañana, en la iglesia catedral se ofreció una misa de cuerpo presente que fue oficiada por el Sr. Arzobispo Monseñor Don Arturo Szymanki Ramírez, el Obispo Emérito Don Rafael Gallardo García y el Obispo de la Diocésis de Tampico, José Luis Dibildox quienes recordaron al padre Carlos González como un hombre de profundas ideas sociales, promotor de la conservación de la historia, escritor y divulgador filosófico.
Recordaron que fue ordenado sacerdote en el año de 1955. Se desempeño como profesor en el Seminario Conciliar de Tamaulipas, en el Instituto de Ciencias y Tecnología de Tampico, y como maestro en la Universidad de Monterrey.
Además fue estuvo a cargo del Archivo Histórico de la Iglesia Catedral.
En 1992 recibió la Presea al Mérito Ciudadano “Fray Andrés de Olmos”, y su nombre fue impuesto al archivo histórico de Tampico y tiene en su haber 80 obras entre filosóficas e históricas.
El ex alcalde de Tampico, Nicanor Fernández Cabrera, lamento la muerte del cronista vitalicio.
“Cuando estuve en presidencia tuve el honor de hacerlo cronista vitalicio de Tampico, una gente que siempre se manifestó por ayudar, muy preparada y capaz, lamentamos el fallecimiento pero es el camino que seguiremos todos”.
Así mismo, el ex Presidente Municipal, Fernando Azcárraga quien asistió a la misa, expresó que hoy Tampico pierde a un gran hijo, porque fue un hombre que dejo huella en esta ciudad.
“Carlos González Salas fue amigo por muchos años mío, es un hombre muy importante que ha dejado una honda huella en nuestra ciudad, un hombre que se comprometió con Tampico, tuve oportunidad de trabajar con él, le apasionaba la historia de la ciudad, la ciudad misma, todo lo que en ella ocurría y concurría, fue una grana persona, un gran escritor.. Hoy Tampico ha perdido un gran hijo”.
Carlos González Salas falleció a la edad de 88 años, su cuerpo fue cremado y sus cenizas depositadas en un nicho de la catedral, en sitios especiales para los sacerdotes.
Cabe mencionar que a la misa, no asistió ningún representante del gobierno muicipal, lo que motivo críticas de varios de los presentes.
