Productores del río Salado pierden sus cosechas por inundaciones

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– Más de 500 has. de N. Laredo, Anáhuac y Sabinas, se perdieron.

Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA

Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Cerca de 500 hectáreas de siembra ubicadas en los municipios colindantes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Anáhuac y Sabinas, en Nuevo León, se perdieron por los efectos de las inundaciones ocasionadas por el desbordamiento del río Salado.
Miles de toneladas de sorgo forrajero, sorgo grano y maíz, se perdieron bajo dos metros de agua, por lo que las tierras quedaron improductivas, mencionó Enrique Garza Flores, directivo de dicha agrupación que cuentas con unos 40 socios activos.
Por tal motivo, solicitó la intervención del gobernador Eugenio Hernández Flores para que pida a su vez al gobierno federal, se declare zona de desastre esta región, y puedan llegar los apoyos por medio del Procampo y otros programas de apoyo a los productores de la región.
“Nos reunimos para ver la manera en que deberán llegar los apoyos del gobierno federal, porque al gua y la corriente arrasó con las corraleras, las cercas y la producción de granos”, explicó el campesino.
Dijo que para que los apoyos les lleguen, la Sagarpa les solicitó fotografías del área afectada, la que comprende más de 500 hectáreas de los municipios mencionados, aunque dijo que son más, ya que algunos productores no son socios de la agrupación.
Hasta el momento, la respuesta de las autoridades federales no ha llegado, lo que mantiene en la incertidumbre a los productores, ya que cada año sufren las inclemencias de la naturaleza en forma de heladas, sequía, lluvias torrenciales y granizadas, lo que los mantiene en una situación de indefensión, ya que los apoyos siempre les llegan de manera tardía.
Mencionó que el apoyo se les debe dar también a los productores que no fueron tan afectados, ya que del apoyo dependerá que continúen produciendo granos, de otro modo, señaló que podrían detener la producción por la ausencia de apoyos.
Pero no solo los productores del campo viven en la incertidumbre, ya que unos 54 ranchos ubicados en los linderos del río Salado, fueron afectados por las inundaciones, debido a que quedaron bajo el agua, lo que provocó la mortandad de miles de reses y la pérdida de forraje en las praderas, por lo que de no recibir pronto la ayuda gubernamental, el hambre pudiera acabar con las pocas reses que aún les quedan.

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