No cabe duda que las precampañas y las campañas electorales para la sucesión de los Gobiernos municipales y del Estado, sobre todo, se empezaron a vivir desde agosto del año pasado.
Particularmente en la época de “la pre” quienes se sentían con derecho a ser candidatos se preocuparon por lanzar mensajes de todo tipo, utilizando sobre todo a los medios, a veces muy pero muy por debajo del agua, otras abiertamente.
Muchos fueron los aspirantes de dentro y fuera de la entidad, es decir, de los que, radican en territorio tamaulipeco y aunque cuerudos, los que radican fuera del estado y no me refiero a un solo partido.
Hubo pronunciamientos muy disimulados y no faltó el valiente y hasta la valiente que expresara en los medios aquel consabido “Si el partido considera que soy…” pero el “partido” era más bien la persona que siempre tuvo nombre y apellido, solo siempre se trató de cuidar las viejas formas, los estilos de la política a la mexicana.
La campaña a la que he de referirme en esta columna es a la que se ha desatado en un solo partido político, sobre todo porque fue el triunfador de las elecciones del julio pasado.
En otras palabras, la campaña es la que están haciendo muchos priístas que se sienten con los méritos suficientes para ingresar, repetir o ascender a cualquiera de las élites del nuevo gobierno.
Y que conste, estamos en agosto del bicentenario y faltan todavía poco más de 4 meses para el arribo del nuevo gobernador, Ing. Egidio Torre Cantú (2011-2016) a las oficinas del 15 Hidalgo.
Hombres y nombres, sin olvidarnos de las bellos mujeres inmersas en la política que están tendiendo sus redes y en algunos casos a intensificarlas para hacer “su” campaña, para que los ojos del futuro “mandamás” de Tamaulipas les dispense una mirada, un minuto.
Son, insisto hombres y mujeres, mujeres y hombres que sienten los arrestos suficientes para seguir, ingresar o ascender en las nóminas del gobierno que presidirá el Ing. Torre Cantú y mire que no le exagero si le digo que son muchos los “tiradores”, incluso arribistas de otros partidos.
Ya la prensa del estado y hasta la nacional ha manejado la imagen de ciudadanos y ciudadanas que incluso ya se acordaron que fueron condiscípulas (os) de Egidio del Jardín de niños.
Otros sin embargo, están buscando ser los protagonistas mediáticos.
Hoy nada menos, hubo fuertes declaraciones de una funcionaria en torno a un difícil tema de educación y sus palabras fueron bien interpretadas por los tunde máquinas al grado que sonaron fuertes en un tranquilo pueblo de la Victoria de las Cotorras.
Es como si de pronto las luces del escenario se encendieron automáticamente todas, no fueron de una por una, no el encendido fue tan cegador que no hubo tiempo de decir nada, de desmentir o asentir algo.
Las luces de las cámaras, las grabadoras de los reporteros, los cuadernos de notas poco a poco iban ocupando el espacio de las palabras que acusaban al gobierno federal de los trastornos locales y debo decirle que esa no es la novedad, sino que precisamente esa voz sonó.
Dos caminos surgen en la reflexión: Unilateralidad o disciplina. Es decir, la voz que fue escuchada y difundida por los periodistas de la fuente se expresó por cuenta propia o fue la designación por un grupo magisterial.
La duda queda… su opinión es la mejor, pero el espacio está ¿abierto? porque la campaña continua con vistas a enero del 2011.
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Maremágnum/Mario Vargas Suárez *La campaña posterior
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