Sin lugar a dudas, la medicina ha cambiado en los últimos lustros.
Hoy, mucha gente tiene enfermedades que antaño eran mortales por necesidad. Recordemos aquellos tiempos en que Luis Pasteur realizaba investigaciones, o cuando se desarrolla la penicilina, uno de los antibióticos más influyentes en el mundo que hoy vivimos.
Allá por 1928, Alexander Fleming descubrió este antibiótico que ha salvado millones de vidas desde entonces. Ya cumplirá casi cien años y sigue vigente, aunque los laboratorios y obviamente, sus científicos, han desarrollado una gama muy importante de éstos.
Los hay para todas las necesidades; en caso de que alguno de ellos no cause el efecto esperado o sus efectos secundarios sean demasiado adversos, estos hombres y las empresas nos han regalado una amplia gama para poder atacar las bacterias y otros problemas del organismo.
En el ámbito de la cirugía, también hemos visto una serie de avances extraordinarios. La artroscopía, por ejemplo, es una muestra clara de lo que se puede hacer cuando la gente que tiene esa misión se dedica en cuerpo y alma al desarrollo de nuevas tecnologías para explorar el cuerpo humano.
Esta técnica permite”ingresar” al organismo a través de una pequeña incisión, y desde ahí “ver” con una cámara especial, y atender el conflicto de salud con instrumental de finísima calidad y tamaño.
Todavía recordamos aquel programa “Enfoque” que dirigía Carmen Quiroga para Televisa Victoria, cuando era el canal 13, y que nos tocó filmar, sobre la cirugía de corazón abierto con bomba de circulación extracorpórea, llevado a cabo por el inolvidable doctor Enrique Corona en el Hospital Infantil de Tamaulipas.
Asombrados, vimos como prácticamente el doctor Corona sacó el corazón, literalmente, lo “arregló” y lo volvió a conectar al cuerpo del pequeño que hoy sigue su vida siendo un joven productivo.
Y como esto, hemos visto innumerables prácticas quirúrgicas de primer nivel. Hoy no se requiere terminar una operación como si hubiéramos estado con el carnicero y nos hubieran abierto “en canal”, sino que, a través de pequeños aparatos se pueden hacer maravillas.
Y no se diga de los tratamientos que existen para diversos padecimientos. En el caso de la diabetes, cuando Banting y Best desarrollan la insulina, seguramente no pensaron en los millones de personas que la utilizamos y que, gracias a esas muchas noches y días de desvelo e investigación, estamos vivos, agradeciendo, en primera instancia, a Dios, y obviamente, a quienes hacen posible que tengamos a la mano todo este maravilloso recurso.
Lo vimos cuando la influenza AH1N1 atacó al mundo: muchos recursos se desarrollaron para evitar una muerte como aquellas que la historia registra como la famosa Peste en España, que mató a millones.
Todo esto nos permite ser optimistas.
Hace años, el doctor Barnard hizo el primer trasplante de corazón en el mundo, allá en Sudáfrica, y de ahí para estos días, millones de trasplantes se llevan a cabo a diario en el mundo. Fue en 1967, y lo recordamos como la noticia del año. El paciente duró unos 18 días vivo por una neumonía, pero así nace la posibilidad de intercambiar un órgano para poder vivir.
Pacientes por miles se cuentan que necesitan un riñón, sobre todo, quienes vivimos con diabetes, que somos propensos a daños renales. La ciencia nos permite acceder a esta posibilidad, aunque no hay los suficientes riñones para la demanda que se tiene, dado que no tenemos una cultura de donación de órganos en México.
Mucho, pero mucho gusto nos ha dado saber la noticia de una intervención de esta naturaleza: Manuel Muñoz Cano ha sido intervenido en la ciudad de Monterrey según nos enteramos, y se comenta que ha sido un éxito esta intervención.
Una sola frase del amigo nos ha dejado satisfechos y agradecidos con quien tiene que ver con las decisiones importantes de cada ser humano de acuerdo a nuestra fe.
Manuel es un joven político muy talentoso, ex secretario particular del alcalde de Victoria Eugenio Hernández Flores, ex secretario particular del gobernador Eugenio Hernández Flores, ex secretario de desarrollo social en la entidad y coordinador general de la campaña para gobernador del inolvidable amigo Rodolfo Torre Cantú.
Tiene futuro, porque Manuel es un hombre bueno.
Hoy, se recupera de una intervención quirúrgica que cambiará su calidad de vida y sus expectativas, para beneplácito de su esposa y sus hijos, así como para sus hermanas y su distinguida madre, doña Marcia Cano, a quienes queremos transmitir nuestros saludos y parabienes, dado que lo que ha llegado a la familia Muñoz Cano es, sin duda alguna, una de las más grandes bendiciones.
Nos unimos, nos regocijamos, y seguimos haciendo lo que nos toca por hacer una fuerte cadena para que Manuel pronto se reincorpore a su trabajo, porque suponemos que, con su talento, le espera una importantísima carga para los próximos seis años.
Enhorabuena, amigo, tu felicidad es compartida.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!