Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Voracidad comercial

0

Es típico cada año: los precios suben y suben cuando los niños y jóvenes ingresarán a la escuela, aunque nos vemos inundados por “ofertas”, de esas que, desgraciadamente, la Procuraduría Federal del Consumidor no ha tenido el tiempo necesario –ni el interés, quizá- para hacerles frente y castigar con severidad a los comerciantes sinvergüenzas que abusan.
Queremos aclarar, enfáticamente, que el término “comerciante sinvergüenza” NO aplica a todos, porque hay muchos que verdaderamente hacen grandes esfuerzos por vender ofreciendo ofertas, aunque sabemos que muchas veces no es posible, dada la espiral inflacionaria existente y que nos castiga de manera muy severa.
Como todo padre de familia, uno busca lo mejor para sus hijos. Un ejemplo podrían ser los cuadernos que encontramos en presentación “profesional” en un rango de 7 u 8 pesos hasta los 80 o noventa. Del tamaño del presupuesto y posibilidades está la forma de adquirirlos. Es obvio que la calidad y presentación son distintas. Hemos visto ofertados, por ejemplo, los que tienen el logo de la escudería Ferrari o imágenes de los clubes Real Madrid o Barcelona, con una muy buena calidad y presentación que son realmente costosos, pero que un buen aficionado compraría. No sucede con los más sencillos que, a pesar de todo, sí están accesibles para la población. No podríamos decir que los estudiantes quedarían sin clases pro el coste de los cuadernos o útiles.
Hay papelerías muy modestas que manejan buenos precios a pesar de la desigual batalla contra las tiendas de autoservicio, sin embargo, están ahí, haciendo por la vida.
Pero hay almacenes que realmente nos toman el pelo o piensan que en Victoria vivimos con menos capacidad intelectual que en los países de donde son originarios, específicamente, la tienda que se encuentra en la calle Juan B. Tijerina o carretera nacional, allá, junto a conocido hotel de cadena internacional.
En esa tienda manejan unos hermosísimos folletos con decenas de ofertas que, sin embargo… son un verdadero engaño.
Nos hemos topado con etiquetas y pancartas que ubican en la tienda con el único fin de engañar. Un ejemplo fueron los paquetes de programas antivirus que ofertaron, ubicando la etiqueta del 20 por ciento frente a la caja del producto… pero no era ese, sino el de una única licencia o de tres, pero el de cinco no, según ha dicho el gerente.
La etiqueta estaba frente a la caja de cinco licencias obviamente, pero nunca reconocieron, porque dijo el hombre: hay que leer las letras chiquitas de la etiqueta: ¡vaya cinismo!
Y productos como los anteriores, vimos decenas.
Hay que tener cuidado en la compra de los útiles de nuestros hijos, poner mucha atención, porque realmente nos están perjudicando y engañando, que es más grave, suponemos, lo último.
Perjudicar, insistimos, será por decisión propia en el sentido de que uno decide si comprar el lápiz de 5 o el de 25 pesos, igual que el cuaderno: uno se decidirá por la marca “tal” que cuesta 10 en lugar de la marca “cual”, que tiene un coste de 40. Nosotros decidimos eso, nadie más.
Pero los inspectores de Profeco, realmente estarán muy preocupados por estos rubros, y sin entender que hoy por hoy la mayoría de los ciudadanos estamos en compras de útiles escolares, no tienen empacho en dedicarse a vigilar otros giros, a sabiendas que el presupuesto de los tamaulipecos está lesionándose en tiendas como Office Depot, donde hemos visto las trampas que publican en relación con lo que ubicamos en sus anaqueles.
Es una tienda muy cómoda, bonita, cierto, pero de ahí a que se conduzcan con honestidad, dista mucho de la realidad.
Lo vivimos personalmente, no nos lo han contado.
Es obvio que la mercancía que pretendimos comprar se quedó en las cajas registradoras con el consabido coraje por no haber podido comprar lo que necesitábamos. Un verdadero fraude al estilo de esta tienda que siempre nos engaña.
Y es cuando, a costa de que las autoridades correspondientes -Profeco- no hacen su trabajo, no nos queda más que denunciar estos abusos en la publicidad y precios, así como también prevenir a nuestros lectores y amigos para que cuiden su dinero, o al menos, que no les tomen el pelo. Office Depot maneja ofertas que no son reales y ubica precios en otros productos para engañar a sus clientes.
Sus gerentes no tienen autoridad –así lo dijo César, el gerente en turno- para cambiar las cosas; no hay capacidad de decisión, menos, para enmendar los graves y perjudiciales errores.
Cuídese mucho, cuide su dinero, no caiga en estas “ofertas” que no lo son, y por lo demás, ubique si aún tiene tiempo, los mejores precios en una comparación de algunas tiendas, para que, el próximo lunes, nuestros hijos vayan con todo lo necesario al nuevo ciclo escolar.
Pero no caiga en los engaños de transnacionales como Office Depot, que lo único que quieren es quitarnos en forma por demás oscura nuestro dinero.
Comentarios: [email protected]

(Visited 1 times, 1 visits today)