Maremágnum/Mario Vargas Suárez *Escuela… ¿para todos?

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El lema de campaña presidencial del Lic. José López Portillo (JLP, 1976-1982) fue utilizar como slogan la palabra: “Todos”. Educación para todos, justicia para todos, salud para todos, vivienda para todos, carreteras para todos, agua para todos y lo que me diga y se le ocurra fue combinado con esa palabrita.
Muchos analistas en su momento –encubiertos o muy a destiempo- criticaron lo “sesudo” del esfuerzo intelectual de los publicistas, pero dicho sea con verdad la palabra no pocos políticos la han empleado en su campaña electoral.
El término “todos” lo estoy utilizando en esta columna porque intento reflexionar la conveniencia de que “todos”, en un país, sin importar del que se trate, egresemos con una educación del nivel universitario.
¿Se imagina, todos mínimo licenciados?
Imagine también el lector que todos los niños que ingresan a primer grado de primaria (6 años), entraran a la secundaria (3años), luego llegaran juntos a la preparatoria para salir en tres años y finalmente, egresar de la universidad 4 años después. O sea: mil nuevos profesionistas…
Por cada mil ingresos, mil egresos. ¿Cuántos de ésos mil egresados tendrían trabajo?, ¿Cuántos serían subempleados y cuántos serían desempleados? No omita, por favor, las características económicas del país donde vivimos.
Los “ninis” es un término que se está poniendo de moda para señalar aquellos jóvenes entre los 16 y los 29 años que ni estudian ni trabajan y no ha faltado el discurso político que le entra al tema y no faltó quien en Tamaulipas hasta culpe a la familia.
La educación en realidad es un fenómeno social en el que convergen muchos factores que obliga la participación de muchos especialistas, pero decía mi abuela que como “la lengua no tiene hueso” adiciono, es la causa de muchas barrabasadas, al ser incontables los funcionarios que han llegado ahí porque “su” partido los ha enviado.
Hacia el sexenio presidencial del Lic. Luis Echeverría Álvarez (LEA, 1970-1976) la educación tecnológica presentó un amplio panorama en México, como educación terminal, desde la secundaria, la preparatoria y todavía hasta dos años de una carrera universitaria.
La idea principal de las autoridades educativas de entonces era que los muchachos que por alguna circunstancia no pudieran continuar sus estudios, tuvieran la opción de emplearse como técnicos en un área.
De ahí la educación tecnológica o talleres desde la secundaria.
Por otro lado, la Secretaria de Educación Pública incluso modificó ciertas normas legales para que los egresados –como los del CBTIS ahora- obtuvieran su Cédula Profesional y no se sintieran desplazados por los universitarios y sus títulos.
En otras palabras, desde el gobierno de LEA se diseñó la educación terminal del mexicano. A diferencia de los últimos funcionarios de la educación media superior que hablan de la deserción escolar como si fuera un fenómeno nuevo.
Lo que verdaderamente deberán hacer las autoridades de educación en México y en Tamaulipas es estudiar el fenómeno de la deserción escolar en sus muy diversos niveles e intentar darles solución pero sin descuidar los parámetros de calidad que, por mínimos que sean se deben exigir.
De una vez por todas entendamos la ley natural de los equilibrios.
Existen anécdotas que hablan incluso de la mala preparación universitaria de muchos jóvenes que han pasado sus materias de plano utilizando el soborno, para después, mayoritariamente, desempeñarse en cargos ajenos completamente a su perfil.
Finalmente reflexione por favor para qué queremos tantos egresados de las universidades, si finalmente el estado y la iniciativa privada NO son capaces de darles empleo, o peor, no caben siquiera en el campo del subempleo.
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