ENTREDICHOS/Leticia Santoyo *OCURRENCIAS Y ACUERDOS A MEDIAS

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En los últimos días los mexicanos hemos sido testigos de las extraordinarias ideas que surgen de los legisladores federales y estatales, de los políticos, los funcionarios, del gobierno, incluso del presidente hablando de los grandes temas de la agenda nacional provocando sendas discusiones en materia de seguridad, salud y educación.
En materia de seguridad pública las autoridades se la han pasado hablando de todo, la forma, la inversión, las acciones, que si compete a uno u a otro, que la policía única, pero la verdad, hasta ahorita no hay un verdadero acuerdo que beneficie a la ciudadanía que garantice su seguridad y la tranquilidad que tanta falta hace.
El tema de la seguridad solo es abordado en el Congreso de la Unión, en el círculo de los políticos y en las instituciones del gobierno federal o de los estados cuando se presentan incidentes que afecten a una autoridad, a un político o un candidato, de lo contrario parece que no vale la pena mencionarlo.
Dentro de los grandes temas que ocupan la administración federal se ubica el más reciente, la prohibición o venta sin receta de medicinas de los denominados antibióticos. Y vaya que como en todos los casos, pobre de aquel ciudadano que se atreva a violar esta disposición; porque ahí si se aplica la sanción correspondiente.
Vale la pena analizar a fondo el tema de los medicamentos, pero no exclusivamente desde el campo de las ocurrencias, como todo lo que han venido haciendo nuestros “representantes populares”. Hay muchas cosas en entredicho en este terreno…desde hace un buen tiempo enfermarse se ha convertido un lujo que pocas personas pueden darse.
Antes que nada hay que preguntarnos: ¿Qué beneficios le traerá a la población prohibir la venta de medicamentos sin receta? A caso será ¿que el gobierno busca controlar más las ventas de los medicamentos? O ¿tiene simple curiosidad por conocer los ingresos y egresos económicos que por este concepto tienen las farmacias? Tal vez deberíamos pensar que el gobierno pretende el control de las consultas particulares. Lo raro sería que realmente esté preocupado por la salud de los mexicanos y en este caso de los tamaulipecos.
En el tema de los antibióticos como en el de la seguridad la solución de fondo se quedan a medias. No es posible que por la falta de información adecuada, por acciones que parecen “llamarada de petate” y por las tantas ocurrencias que tienen nuestras autoridades, la población salga afectada. Por un lado reuniones y más reuniones donde no hay acuerdos concretos, sino pleitos y posturas personales y mediáticos y por el otro lado, la población ahora tendrá que pagar más para obtener un medicamento por una “medida sexenal”. Para resulta que para adquirir cualquier antibiótico un ciudadanos tendrá que pagar la consulta y obtener la receta.
Y si seguimos hablando de distractores, de nuevo la educación. ¡Qué dolor de cabeza con las calificaciones en matemáticas, lectura y español! Pero parece que tenemos que dedicar más atención a abatir la obesidad infantil para lo cual surgen “ideotas”: nuevos lineamientos para el expendio de alimentos y bebida en los locales comerciales de las escuelas del país. Según las autoridades es con el fin de que se vendan productos que faciliten una alimentación correcta en los alumnos.
Con el inicio el ciclo escolar 2010-2011 y con el regreso a las aulas de 27 millones de estudiantes y un millón 300 maestros y directivos, surgen acciones para mejorar la calidad educativa. Con éstas se prevé impulsar los consejos escolares, regular las tienditas, un programa de fomento a la lectura, un plan para apoyar el conocimiento de las matemáticas, apoyo con becas para estudiantes desde la primaria hasta universidad.
Hay buenas intenciones, pero se requiere trabajar de manera integral con la población, actuar en consecuencia en todas y cada una de las cosas que les preocupan. Hay grandes temas que se tienen que abordar y resolver. Con política, pero sin “grilla” y fuera de un discurso. La participación ciudadana no es solo un tema para los discursos, los políticos tienen que trabajar con la población civil, con la incursión de auténticos consejos ciudadanos, con académicos y con organizaciones no gubernamentales. Sólo de esta forma dejaremos las “formidables ideas” de unos cuantos en detrimento de muchos. Solo así, los políticos no seguirán trabajando aislados y a medias o por lo menos dejarían de tener ocurrencias y buenas intenciones como las siempre, con acuerdos a medias.
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