LA URRACA ILUSTRADA/Enrique Cárdenas Ochoa *La Corrupción ha sido… el mal de nuestro país

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– “El carnal” Marcelo V.S El cardenal Sandoval Iñiguez

– En la SET… ya se cuecen habas

No se vislumbra por donde pueda salir nuestro país de este cotidiano sobresalto en que vivimos, la alerta ya está instalada en los hogares de la gran mayoría de los mexicanos, y es que ya no sabemos para donde voltear, por que en todos los puntos cardinales de nuestro “México lindo y querido”, la panorámica es igual o peor en algunos lugares.

Las intenciones del presidente Felipe Calderón y de su equipo de trabajo, por tratar de disminuir la inseguridad que prevalece a lo largo y ancho del territorio nacional, son sólo eso, propósitos, pero los hechos demuestran lo contrario, el verdadero rostro de un México, el que no queremos, el que no imaginábamos.

El constante desafío entre los servidores públicos, es algo muy común, por ejemplo, el que sostienen “el carnal Marcelo”, con el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, sobre el asunto de la adopción de menores, por personas del mismo sexo, ha despertado una seria de dimes y diretes y no sabemos para cuando vaya a parar este asunto, por lo pronto la Suprema Corte ya dió su aval.

Ebrard ya puso una demanda en contra del Cardenal, a su vez Sandoval Iñiguez se hace como que los ángeles le hablan. ¿Acaso los miembros de la iglesia tendrán la calidad moral, para rechazar el fallo de la Suprema Corte de Justicia? Usted tiene la última palabra mi estimado lector… ¿a favor o en contra?

Como es de todos bien sabido, uno de los graves problemas por los que atraviesa nuestro país, es el alto grado de descomposición que existe desde hace cientos de años.

La corrupción no es un tema novedoso. Su perdurable existencia, ha permeado casi toda la historia, “en un olimpo no previsto por lo griegos: las altas esferas burocráticas”.
En tiempos de la Colonia, la compra y venta de indulgencias, de puestos públicos y títulos nobiliarios, el tráfico de escalafones militares, la confiscación de bienes, el contrabando, eran práctica cotidiana, sobre todo entre las familias pudientes y las que por supuesto, se encontraban ligadas a la corona española.
Sin embargo y a pesar de los cambios históricos, los dispositivos de corrupción no se extinguieron, por el contrario, se fueron perfeccionando hasta convertirse en una práctica común. Después de la Independencia, algunas familias, ligadas a los gobernantes, aumentaron sus riquezas y los favores que obtenían los cobraban en especie (concesiones, tierras, puestos públicos). La familia Echeverría, por ejemplo, llegó a colocar a uno de sus miembros en la presidencia de la República, por algunos préstamos hechos al gobierno, que a la postre resultaron impagables.

Daniel Cosío Villegas, escribió en su libro “La crisis en México”, que el único camino para eliminar la corrupción era “una depuración de los hombres y una reafirmación de los principios”. Sin embargo, la medida se encontraba lejos de su aplicación. El sistema político mexicano, más allá del discurso revolucionario, había convertido la corrupción en sistema.

En los tiempos en que gobernó a los mexicanos el presidente Alemán (1946-1952) la situación no fué nada favorable, el asunto se salió de su cause. El clásico ejercicio “del yo te ayudo y tu me sirves” acabaron con cualquier intentona de moralizar estos fenómenos políticos. Para mantener bajo control a los personajes posrevolucionarios, el gobierno de Alemán, les otorgó canonjías y concesiones. Así, políticos, militares, caciques, empresarios, líderes obreros, y en general, los modernos cuadros burocráticos, se beneficiaron y se consintieron, siempre rebasando y abusando de los marcos legales. Con sus corruptelas y marrullerías provocaron una herida profunda.

En la actualidad, con los dos últimos gobiernos éstas prácticas se han agudizado. La voracidad desmedida de los actuales personajes van más allá, de tratar de transformar el país, es por ello que, “la corrupción ha sido… el mal de nuestro México lindo y querido”

No se trata de seguir machacando sobre lo mismo, se trata de buscar juntos, como buenos mexicanos, una solución a todo esto. Qué en el ánimo de nuestros gobernantes exista la voluntad y el amor a la patria, que su prioridad, sea sacar adelante a la sociedad a la que representan, impulsar los proyectos de quienes confiaron en ellos. La clase política del país tiene un compromiso muy serio con México, ya es tiempo de cumplir pero en serio. Ya es tiempo de devolverle al país un poquito de lo mucho que le hemos quitado.

Para poder sentir los festejos, debemos de cumplir nuestros compromisos, honrar la memoria de nuestros antepasados y de nuestras raíces, defender pero en serio nuestra Independencia, nuestra Revolución. Para poder gritar un ¡Viva México!

Y cambiando de rumbo, en cuestiones locales, nos queda muy claro que ya comenzó el golpeteo, entre los grupos políticos, rumbo hacia el arranque de lo que será el próximo periodo gubernamental del 2011,
La lucha por permanecer en el ánimo de quien llevará la batuta en el Estado, es algo que cada sexenio ocurre, iniciaron ya las zancadillas como es costumbre y cómo no, sí continuar en la estructura del poder es siempre el anhelo de todo “buen político”, y no se diga para quienes quieren regresar a las ligas mayores, a disfrutar de los beneficios que llegan en cascada. Siempre será el mejor de los éxtasis. En breve estaremos viendo, caras largas y otras rebosantes de felicidad. En la SET… por lo pronto ya se cuecen habas.

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