Los “ninis” locales
Una gran polémica ha desatado el comentario acerca de los ciudadanos que no estudian ni trabajan, conocidos popularmente como “ninis”, y que según estadísticas son muchos millones.
Llama la atención el hecho de que el gobierno federal asume qu hay unos 270 mil y fracción en el país, cuando somos una nación de 110 millones de habitantes. De ser cierta esa suma oficial, hay que mandar un mensaje a la ONU para que nos ubiquen dentro de los países del primer mundo, porque ni en lugares como España, Alemania o Francia hay tan pocos “ninis”, y eso que tienen mucho menos población que nosotros.
En cambio, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México asegura que hay más de 7 millones de estos individuos que no estudian, no trabajan y están ahí, fomentando el ocio personal.
La duda es: ¿Cómo saben cuántos ninis tenemos, si no se les ha entrevistado? Son las incógnitas de las encuestas oficiales.
Sin lugar a dudas, es un problema serio que tiene varias aristas desde nuestro punto de vista. No todo es culpa de la sociedad, pero tampoco es de ellos, porque finalmente, las oportunidades se les han negado a muchos de ellos.
Existen egresados universitarios que trabajan de dependientes en tiendas de autoservicio o de vendedores ambulantes, de taqueros o peseros, porque aseguran que las oportunidades son menores que las de otros grupos sociales. Los ninis están en todos los estratos sociales y culturales, solamente que, cuando pertenecen a familias acomodadas, se les conoce como jóvenes en busca de oportunidades, y cuando son de estratos socioculturales bajos, entonces, hoy, se les llama “ninis”.
Sucede como con el alcohol: la diferencia entre borracho y bebedor social estriba únicamente en la cantidad de ceros de las chequeras, pero el problema es el mismo.
Pues bien, la problemática nace, sin dudarlo, en el hecho de que hay sobrepoblación de profesionistas: todo mundo quiere ser abogado o doctor, sin estar ciertos de la necesidad de estos –y otros- profesionistas en su lugar de residencia. De repente vemos despachos de abogados cada cuadra o cada manzana. Somos de la idea de que, cuando hay calidad, no hay problema por el número de profesionistas afines, y que ésta se impone por sobre todas las cosas.
Un buen médico siempre tendrá pacientes, un buen taquero, siempre tendrá llena la taquería, pues.
Y viene también el hecho de que todos queremos ir a la universidad a estudiar con la idea de ser importantes, con un buen puesto y mucho dinero. Nada hay más equivocado que lo anterior.
Las oportunidades son menos, y por otra parte, las universidades no están haciendo su trabajo como debieran: falta un compromiso más determinante por parte de muchos mentores que únicamente van a dejar un apunte, pedir un trabajo “bajado de Internet”, y aplicar un examen que se fundamenta en el cuestionario que se entregó antes, para que se memorizara.
Pero, ¿Dónde está la responsabilidad de los ninis?
No todo es culpa de la universidad que les preparó deficientemente o de la saturación del mercado.
Muchos de estos ciudadanos esperan ser gerentes con salarios de varios miles de pesos, cuando no tienen ni el conocimiento ni la experiencia ni la ambición para serlo. Se requiere de algo más que un diploma o un título para trabajar, y eso lo saben los padres que fingen no entender la situación y exigen solución al gobierno federal.
Felipe Calderón se comprometió a generar empleos para los ninis, sin embargo, no se puede hacer por decreto un sitio donde haya miles de fuentes de empleo: hay que buscarlas y merecerlas, que no es fácil colocarse bien en el mercado laboral.
Es muy cómodo ser nini y culpar al gobierno porque no estudiamos ni trabajamos. Hay muchachos egresados de la Universidad Autónoma de Tamaulipas que llegan a realizar sus prácticas pre profesionales o su servicio social y se quedan a laborar en esos centros a donde fueron comisionados, por la calidad de su trabajo. Cientos hay en esta circunstancia, y algunos no son tan “requisitosos” con la vida, a sabiendas que no merecen más de lo que ahora tienen.
Otros, sin embargo, se tiran a la vagancia, a ir al chat y navegar, pero no tienen siquiera idea de cómo hacer un currículum vitae o llenar una solicitud de empleo.
Nos falta mucho.
Hay millones de “ninis” en el país, es cierto, y como con otros problemas sociales, la responsabilidad es de iniciativa priva da, gobierno, familias y los mismos ciudadanos. No echemos culpas a quien no tiene totalmente el peso en sus espaldas.
Más que quejarse, los “ninis” debieran hacer algo por merecer unos pesos. Los hay que están lavando carros en tanto no encuentran algo “digno para ellos”, pero no se quedan con los brazos cruzados.
Quitémosles a nuestros hijos esa idea de que merecen todo en envoltura de seda, y enseñémosles a trabajar, a buscar empleo, a ser autosuficientes, pues.
Comentarios: [email protected]
Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!