Maremágnum/Mario Vargas Suárez *El juego de los números

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Debo confesarle a usted que la presente colaboración no trata de temas políticos como fuera el deseo propio y quizá de uno que otro lector; Tampoco los números y su juego se refieren a la cantidad de baches, asaltos o actos de violencia que vivimos en este México convulsionado por tanta crisis, no solo financiera.
Bueno, rectificando en cierta forma, admito es crisis el tema a tratar hoy y es del ámbito educativo cuando un funcionario de la educación media superior convoca a una reunión nacional.
El motivo dice es reconocer a las ciencias matemáticas como las causantes de una alta reprobación en su colegio y por consecuencia, deserción de estudiantes de un sistema educativo importante no solo en Tamaulipas, sino en el país entero: El CONALEP.
El director de tan prestigiado Colegio, hombre maduro, poco de pelo y con acentuado marco negro en los lentes, culpa a los números de ser los causantes de que los muchachos reprobados en matemáticas optan por abandonar la escuela, en lugar de enfrentar al reto y ganar.
En repetidas ocasiones el mismo gobernador del estado y el Lic. José Manuel Assad Montelongo, responsable de la educación en el estado, han insistido en que la educación de ahora se está dando por competencias.
En otras palabras la competencia significa participar, buscar, alcanzar y hasta donde sea posible rebasar los objetivos que la misma vida nos plantea, por lo que es sorprendente que todo un subsistema de bachillerato en el estado pretenda convocar a una reunión nacional para buscar estrategias y determine cómo enseñar matemáticas.
La investigación educativa puede dar algunas alternativas.
Un referentes históricos, hacia el año de 1972, los normalistas buscaron el ingreso a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) homologando la educación normal con el bachillerato y la Casa Máxima de Estudios aceptó, con la condición de que solo presentaran y aprobaran un examen global de física, química y matemáticas.
La sorpresa fue que los normalistas aprobaron en un alto porcentaje, porque los universitarios se dieron a la tarea de formar círculos de estudio, que a todas luces fueron un éxito.
Si el problema es el alto índice de reprobación, hay necesidad de que los maestros del CONALEP busquen cuales son las incidencias de reprobación y que pueden ser desde el método de enseñanza, los recursos didácticos, la motivación y hasta la estabilidad familiar, emocional, escolar o contextual del estudiante.
Desconozco cual sea la intención real del alto funcionario de CONALEP para lanzar la convocatoria nacional, porque los números están “metidos en todo” incluyendo la educación tecnológica y las nuevas tecnologías.
Por otro lado, no es clara la idea cuando el funcionario se refiere a que los “…jóvenes se han inclinado a cosas más prácticas… a pesar de que en todos los semestres llevan la materia de matemáticas”.
Dice Carlos Moreno Ángeles, profesor de Matemáticas de la Escuela Normal Superior de México, que la capacidad de aprender matemáticas algunas veces se nos muestra como una tarea muy complicada y tortuosa, pero también lo es caminar erguidos en dos piernas o hablar y entender un idioma, por lo tanto aprender matemáticas es más fácil.
Si el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica no reconoce a los números como epicentro de una educación más competitiva entonces corren el riesgo de que el número de reprobados se eleve, considerando que la educación es un reto y el propio son las matemáticas. ¿Quizá eliminar los números de la currícula sería otra opción? No creo.
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