El cierre del legendario restaurante “Sam’s”

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Hugo Reyna/EnLíneaDIRECTA

Reynosa, Tamaulipas.- Quizás el restaurante “Sam’s” es uno de los últimos vestigios del Reynosa del ayer, un negocio que contribuyó a que la ciudad recibiera el calificativo de “ciudad del buen comer” antaño era refugio apacible, tranquilo y bullicioso en el solar urbano en el cual todo mundo al encontrarse en las calles se saludaba, había tiempo para intercambiar algunas palabras y planear encuentros futuros amistosos, hoy eso es parte del pasado, del ayer que se nos fue y no volverá.

Recuerdo al restaurante “Sam´s”, pues con cierta regularidad mi padre (Gilberto M. Reyna Villegas-Qepd) nos llevaba a degustar los diversos platillos de la cocina internacional y nacional que con esmero eran preparados bajo la estricta supervisión y manjar de hospitalidad de que hacía gala Don “Pepe” Elías Maciel.

¿Quién no recuerda aquellas entradas y entremeses antes de comer?, los aritos de cebolla, papas fritas con sus frijoles y tostadas, arroz y guacamole. Don “Pepe” Elías honraba sobremanera su estatus de anfitrión y agasaja a sus huéspedes con su cordialidad y atención. Frecuentemente se le veía salir de su oficina contigua a la barra del bar a saludar entre las mesas y sentarse en ratos con sus clientes y amigos y después se retiraba y así durante todo el día.

A mi en lo personal me encantaba la milanesa que se preparaba y servía, y ni que decir de los exquisitos “panchos”, ¿Quién no los probó o acaso llegó a escuchar de ellos?, así era el ambiente del “Sam´s”.
El ambiente del “Sam´s” era único, uno podía disfrutar de la rica comida y los postres- vuelvo a repetir mi manía por la nieve de vainilla que ofrecían como postre- y pese a la satisfacción de haber degustado todo, siempre se quedaba uno con ganas de continuar saboreando, en ocasiones hasta me daba molestia tener que abandonar el establecimiento y pronto planeaba regresar (aunque a mi no me costaba la cuenta en aquel entonces).

El servicio era impecable, los meseros educados y atentos siempre dispuestos a las ordenes de los clientes, vuelvo a reiterar, nada, absolutamente nada era escatimado o suficiente para dejar esa sensación de satisfacción con la que nos íbamos los comensales.

Hace unos días cerró sus puertas, tras una carrera de servició de 78 años, hoy luce solo, vació reclamando la presencia de comensales y alegres familias que ingresaban por aquellas viejas y fuertes puertas que muchas veces de par en par abría personalmente Don “Pepe” Elías.

Mi paladar se ha olvidado de la ultima ocasión en que asistí a comer, pero algo que no podré olvidar es su ambiente, su comida, la atención de todos y cada uno de sus integrantes, y sin duda alguna el hecho mismo de que con su cierre el “Sam’s” se lleva parte de la añoranza del Reynosa del ayer.

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